El pasado miércoles llegaron a España los medallistas paralímpicos españoles que han participado en los Juegos de Río. Entre ellos se encontraban dos jerezanos, los hermanos Alejandro y Pablo Zarzuela, plata con la selección española de baloncesto en silla de ruedas. En el aeropuerto de Madrid Barajas les aguardaban sus familiares. Entre los momentos registrados del feliz reencuentro hay una imagen que muestra a Pablo abrazado a una niña que luce su camiseta con el número 7 y que ha saltado a su regazo presa de la emoción del momento.
“Hay que disfrutar con el deporte elegido y hay que valorar bien cada opción”La imagen presidió nuestro muro de Facebook durante las horas siguientes con un gran número de visitas, likes y mensajes; entre ellos, el de Carmina, una abuela con un nieto de 10 años que tiene espina bífida. Dice vivir en La Granja y recuerda que siempre veía a los gemelos Zarzuela cuando eran pequeños en la plazoleta. “Nunca pensé que mi niño estaría como ustedes, pero la vida es así, y qué contentos tienen que estar vuestros padres. Yo estoy muy contenta con mi niño, a pesar de todo lo que hemos pasado, pero él es muy luchador y le doy todos los días gracias a Dios por tenerlo. Ahora os doy la enhorabuena por ser unos luchadores natos”.
A su nieto, confiesa además, lo que le gusta es el fútbol, de ahí que Pablo y Alejandro se hayan convertido ahora para ella en una fuente de inspiración. Quién sabe si su nieto terminará practicando algún deporte adaptado y viéndolo recoger algún premio. Y no debe ser la única abuela, ni los únicos padres, que se encuentren en una situación similar y que se lo pregunten en estos momentos, aunque la cuestión es cómo.
“Uno de los grandes problemas no es la falta de información, sino la falta de medios y recursos para poder practicar deportes adaptados”. Quien lo asegura es una de las personas de referencia a nivel español y europeo en esta materia, Rafi Muñoz, que en la actualidad desempeña funciones de asesor de la marca Quickie. “Como solemos decir, de Despeñaperros para arriba, todo lo que quieras, pero aquí sigue siendo muy difícil que la práctica del deporte adaptado llegue a todas las personas que puedan estar interesadas”.
Sabe de lo que habla. Por experiencia propia. En 1991, cuando tenía 23 años, quedó parapléjico después de sufrir un accidente mientras realizaba un rescate marítimo, y desde un primer momento encontró en el deporte una de sus principales formas de realización personal. De hecho, ha practicado numerosas modalidades, desde baloncesto en silla de ruedas, a tenis, pádel, vela y hasta esquí acuático. Él lo ha logrado con sacrificio y, en especial, con mucho empeño, de ahí que su gran ilusión en estos momento sea poder poner en marcha una escuela de deporte adaptado para jóvenes y mayores en Andalucía; más concretamente en Chiclana, de donde es natural.
Lo considera una especie de destino o misión inevitable, en especial por las difíciles circunstancias que mantienen alejados de la práctica deportivas a muchas personas discapacitadas. “Este año he tenido mucho trabajo, ya que he sido uno de los asesores del equipo de tenis en silla de ruedas que ha competido en Río. He estado visitando cada uno de los clubs, tomando medidas de las sillas y contribuyendo a la mejora de las mismas en función de cada deportista. Pero creo que ha llegado el momento de poner mi experiencia al servicio de este sueño”.
Rafi Muñoz explica que “siempre me ha gustado el deporte, y desde que tuve el accidente decidí seguir practicando, pero no había nada. Para jugar a baloncesto en silla de ruedas te tenías que ir a Sevilla, y hasta 1998 no se creó el primer equipo en Chiclana. Mientras tanto había hecho piragua, vela, pero porque yo ponía interés, ya que no todos tienen las mismas opciones”.
De su tierra pasó a jugar en San Fernando. “Allí jugué con los hermanos Zarzuela. Ya entonces se veía que despuntaban. Ganamos la segunda división, la primera y dimos el salto a la división de honor. Después del éxito, cada uno fichamos por diferentes equipos. Hoy día son un referente, y a nivel mundial. Tenían 14 años cuando los conocí y ya se veía que iban a despuntar. Había que ver la velocidad con la que se movían por la pista, con aquellas melenas que tenían entonces”.
Su caso es un ejemplo más que alienta en este momento su empeño por crear esa escuela de deporte adaptado. “Espero tenerla en marcha el año próximo, porque carecemos de un espacio así en nuestra tierra”. El objetivo pasa por valorar en primer lugar a cada una de las personas que quieran acudir a practicar deporte adaptado, conocer las limitaciones de cada uno y enfocar el deporte elegido a que disfrute, porque es la única forma de que siga practicando deporte, y hay que ver también cuál es el deporte que le pueda ir mejor. “No se trata sólo de hacer deporte, sino enseñar el manejo de las sillas, a hacer las trasferencias de una silla a otra, porque a veces se desconoce cómo hay que hacer las cosas”.
Para Rafi Muñoz, “al que haga deporte, le cambia la vida”. Lo sabe muy bien el jerezano Salvador Garrido, que veinte años después de haber sufrido la amputación de su pierna derecha ha vuelto a experimentar la felicidad de montar en bici, aunque a bordo de una hand-bike, en la que se pedalea con las manos.
Todas las semanas queda con Rafi en Chiclana para entrenar y seguir mejorando su forma física, y también acude a Los Toruños, donde alquilan hand-bikes y donde empezó a probar y ponerse a prueba antes de ir progresando y empezar a participar en diferentes competiciones, incluso de realizar el Camino de Santiago. “Empecé en Los Toruños. Me aficioné a lo largo de un verano y vi que los resultados eran satisfactorios”.
Juan, que también los acompaña en los paseos por Chiclana, se apuntó hace un año y reconoce hasta qué punto engancha la práctica de este deporte.
El primer contacto de Rafi Muñoz con la hand bike tuvo lugar en Jerez. “Vine con motivo de la Vuelta a España. El día antes de la etapa se realizó un recorrido por el trazado de la contrarreloj y después fuimos al Circuito a seguir probando y ya fue definitivo. El 85% de las personas que lo practican se enganchan”.
“La clave en la práctica de un deporte adaptado es que tienes que divertirte. Con la hand bike lo bueno que tiene es que ejercitas todo el cuerpo. Además te da la oportunidad de practicar deporte al aire libre, y lo puedes hacer solo o acompañado de otra persona o de veinte si hace falta, cuantos más mejor. No es meterte en un pabellón, como ocurre con el resto de deportes”, expone Muñoz.
En su caso, tuvo la suerte de conocer a un ingeniero alemán, que se encarga del diseño de hand bikes. “Viene todos los veranos a Chiclana y nos pasamos diez días enteros recorriendo carreteras de la zona y vemos formas de ir mejorando en nuevos diseños”.
Por ahora, no sólo han conseguido contagiar su afición por la hand bike a más personas, sino que han conseguido que las dos pruebas que han organizado en el Circuito de Jerez hayan sido las que han contado con mayor número de inscritos de cuantas se celebran al año en la península. “En marzo tenemos previsto celebrar la próxima”, avanza Salvador, orgulloso de haber conseguido que Jerez sea ya una referencia en el calendario entre los amateurs de este deporte. “El problema es que es un deporte caro y no hay ayuda para la adquisición de los equipos. Lo veo como una injusticia, sobre todo por el tema de los niños, porque cuando están en edad de crecer no pueden estar comprando continuamente hand bikes y es un impedimento para que se dediquen a este deporte”.
Esa es una de las cuestiones que pretende corregir Rafi Muñoz con su escuela de deporte adaptado. “Quiero aprovechar mi experiencia y mis contactos para lograr el material necesario, y que la escuela no sea solo un lugar para practicar deporte, sino que se puedan celebrar convivencias y campamentos y que los chavales puedan disfrutar”.
En el fondo, tanto el proyecto, como la organización de las carreras de hand bike “son una forma de promocionar y fomentar el deporte adaptado y de dar a la gente la oportunidad de practicar alguna modalidad y que pierda el miedo”, reivindica Garrido. Una posición que gana ahora enteros tras la repercusión alcanzada por los Juegos Paralímpicos de Río y, en nuestro caso, en especial, por el ejemplo de los hermanos Pablo y Alejandro Zarzuela.
Una práctica con mucha seguridad
La posición de la hand bike va en función de la discapacidad o de la lesión de su ocupante. “Cuanto más bajo se vaya, mejor”, recomienda Rafi. Cada hand bike cuenta además con señalizaciones visuales y lumínicas para poder transitar por carretera. “Lo bonito es hacer kilómetros”. Ellos suelen hacer entre 40 y 50 cuando quedan, pero Muñoz ha llegado a los 120.
Tres retos para el año próximo
Rafi Muñoz confirma que ya tiene tres retos para el año próximo: atravesar toda España, desde Cantabria hasta Chiclana, en hand bike; viajar en moto de agua desde Chiclana hasta Barcelona; y realizar la Titan Desert, en el desierto de Marruecos, con su hand bike. Si lo logra, será el primer parapléjico del mundo en participar en esta durísima prueba que se desarrolla a lo largo de seis días.
El ejemplo de los hermanos Alejandro y Pablo Zarzuela
Los Juegos Paralímpicos de Río han supuesto una gran promoción para la práctica de los deportes adaptados. En Jerez se ha vivido de manera muy especial gracias a la participación en los mismos de los hermanos Pablo y Alejandro Zarzuela, medallas de plata con la selección española de baloncesto en silla de ruedas. El Ayuntamiento les va a brindar una recepción oficial este lunes a las 10 de la mañana, pero mucho antes ya les ha llegado el reconocimiento de sus paisanos, que han llenado las redes sociales de mensajes de felicitación y admiración por el logro alcanzado. No son los únicos jerezanos que han logrado una medalla en unos Juegos, pero sí los que han logrado una mayor repercusión, lo que supone un doble éxito.