El 9 de marzo de 2008 tuvo lugar la peor debacle de los andalucistas y el comienzo de una nueva travesía por el desierto que esta vez no fue capaz de culminar como en otras ocasiones. La Coalición Andalucista (CA) que significaba la unificación del Partido Andalucista de Julián Álvarez y el Partido Socialista Andaluz de Pedro Pacheco, se quedó sin representación parlamentaria. Y ahí sigue, con la particularidad de que ya no existen tales partidos.
Todo lo que ocurriera a los andalucistas repercutía de una forma especial a San Fernando, feudo del PA desde 1991 cuando ganó por mayoría absoluta con Antonio Moreno a la cabeza, el único alcalde que jamás perdió unas elecciones. El tirón de Moreno era tal que incluso en la provincia ejercía su hegemonía, que no en vano había sido incluso presidente andalucista y conocido más o menos en todas las provincias andaluzas. En Cádiz, archiconocido.
El problema comenzó varios meses antes. A mediados de diciembre de 2007, la ejecutiva y el comité nacional del PA aprobaron en Antequera las cabeceras de las candidaturas a las elecciones autonómicas y generales que le corresponden a este partido dentro de la Coalición Andalucista.
Por primera vez Antonio Moreno no encabezaba la lista al Parlamento de Andalucía por la provincia. En su lugar lo hacía Manuel Prado Fernández y el PA no consiguió ningún escaño, a lo que Moreno respondió con contundencia que con él los andalucistas hubieran mantenido su presencia en el Sevilla, con al menos un diputado por Cádiz.
Todo ello provocó un cisma en el PA de San Fernando y Antonio Moreno había sido desplazado incluso de la sede del PA –y su secretaria también- y el hasta ahora líder indiscutible andalucista pasó de un segundo plano a intentar poner en marcha un proyecto con el Partido Popular para potenciar el andalucismo en la derecha. Además de sonar como candidato a la Alcaldía de San Fernando que al final ocupó José Loaiza ante el rechazo de las bases.
Se cumplía lo que Antonio Moreno había dicho años antes a los periodistas fuera de micrófonos y que casi siempre se cumple: -"Mis amigos me los busco yo; mis enemigos me los pone el partido".
¿Por qué toda esta historia? Para que se comprenda lo que se ve en las imágenes del video, o lo que parece que se ve. De cómo la vida y el protocolo obliga a hacer cosas que no se quieren y que algunos saben hacerlas mejor que otros. Con disimulo o con sinceridad, porque saben pasar página.
Las imágenes -¡qué bueno trabajar con tantas cámaras!- muestran el momento en el que Manuel Prado Fernández llega a recoger el diploma que entregaron en el castillo de San Romualdo a los concejales democráticos de la ciudad con motivo del 250 aniversario del primer ayuntamiento de La Isla.
Prado saluda con un apretón de manos al ex alcalde José Loaiza y al consejero de Salud, Aquilino Alonso, con dos besos en la mejilla a la alcaldesa, Patricia Cavada y con un abrazo efusivo al delegado del Gobierno de la Junta, Fernando López Gil. Cuando llega a saludar al ex alcalde Antonio Moreno, adelanta la mano para estrechársela pero Antonio Moreno tira ligeramente de Prado para darle un abrazo, que Prado recibe sin entusiasmo y mirando a otro lado, como con prisas.
Nada que ver con la efusividad con que abraza al ex alcalde Manuel de Bernardo Foncubierta.
Y ahí queda una simple anécdota que no es más que un detalle de lo que captan las cámaras y que tienen sentido cuando existe una historia detrás. En este caso, delante. La que ustedes han leído al comenzar esta especie de cotilleo político. Pero lo que decía, una simple anécdota.