El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha asegurado este martes que no se plantea dimitir si el próximo sábado el Comité Federal no respalda su propuesta de celebrar el 39 Congreso del partido en diciembre, con unas primarias el 23 de octubre.
Por supuesto que no"Por supuesto que no", ha respondido el líder del PSOE cuando, en una entrevista en la Cadena Ser, recogida por Europa Press, se le ha preguntado directamente si dejará la Secretaría General en el caso de que los críticos tumben su propuesta el sábado.
Sánchez, que ha reconocido que es "evidente" que no tiene buena relación con ninguno de los presidentes autonómicos de su partido --a excepción de la balear Francina Armengol--, ni con los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, ni con quienes se disputaron el 38 Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, ha insistido en que deben hablar los militantes para solucionar el debate de "fondo" que, a su juicio, atraviesa el PSOE.
"Si hay un congreso, que es lo que espero convocar, se verá si tengo el apoyo o no de los afiliados", ha dicho, para después subrayar que él, como secretario general, no puso "cortapisas" a sus dirigentes autonómicos para que, después de las elecciones de 2015, cerraran acuerdos con otros partidos y pudieran gobernar. "¿Por qué ellos sí y yo no?", se ha preguntado.
Así, ha insistido en los argumentos que expuso este lunes para defender la celebración de ese cónclave y ha recalcado que las "discrepancias de voces" en el seno del partido son precisamente "uno de los elementos" que han llevado al PSOE a tener "malos resultados" desde hace cuatro años.
Sánchez ha defendido que en estos años ha habido "una pluralidad de voces" en el PSOE que han trasladado "sensación y certeza" de que en el partido "no hay una autoridad". Y ha recalcado que hace falta "una única voz" que, desde la "pluralidad", haga que se tome una decisión y se cumpla.
LAS ELECCIONES "NO SON UNA MALA SOLUCIÓN"
Dicho esto, ha vuelto a defender que su propuesta es un gobierno con Podemos y con Ciudadanos. Ha asegurado también que quiere hablar con los nacionalistas, manteniendo la 'hoja de ruta' del PSOE, y ha defendido que si al final las opciones son dejar gobernar a Mariano Rajoy o terceras elecciones, él se inclinará por volver a las urnas.
En su opinión, para un país, unas elecciones "nunca es una mala solución". "Lo que es una mala solución es que desde la izquierda, con el voto, se intente indultar a un presidente del Gobierno como Rajoy", ha remachado.
El líder del PSOE ha explicado en la entrevista que el pasado domingo, al conocer el veredicto de las elecciones en Galicia y el País Vasco, donde los socialistas han tenido su peor resultado histórico, no se planteó tampoco dar un paso atrás, sino "asumir responsabilidades" y ha dicho que esto es lo que está haciendo al ponerle fecha al congreso para que decidir la hoja de ruta del PSOE para los próximos meses y años. "Estoy asumiendo toda la responsabilidad, le digo a la militancia que ha llegado la hora de votar", ha dicho.
PIDEN "REFLEXIÓN" PERO QUIEREN "ABSTENCIÓN"
De esta manera, ha vuelto a defender que en el PSOE hay "un debate ideológico de fondo" entre quienes, como él, defienden el no a Rajoy y quienes creen que se debe facilitar su gobierno.
Sánchez ha asegurado que quienes ayer le pedían una reflexión en realidad están planteando una abstención y ha subrayado que esta decisión no puede verse como "técnica", porque cree que es algo "trascendental" que afectará a la esencia del PSOE, una decisión que ha comparado con la que tomó el PSOE en los 70 para abandonar el marxismo.
Y ha defendido que lo que no puede ocurrir es que ese sector pretenda "imponerle" una abstención que no comparte para que "la administre", porque él en ningún caso va a contribuir a que Rajoy, el del 'sms' a Bárcenas, siga siendo presidente del Gobierno.
Sánchez ha defendido que "ya va siendo la hora de poner las cartas encima de la mesa" y ha retado a todos sus compañeros del partido a decir claramente qué posición es la que defienden, porque la suya, ha recalcado, está clara. "Me parece legítimo y no les voy a tachar de ser de derechas, yo no reparto carnés de socialistas, lo que digo es que es un debate de fondo", ha remachado.
El líder del PSOE ha vuelto a resumir así los dos proyectos que, a su juicio, se enfrentarían en el congreso, pero no ha querido identificar a sus contrarios con el objetivo de ser "subalternos" al PP, como ayer apuntó.
Eso sí, ha recalcado que detrás del retroceso electoral que viene sufriendo su partido desde 2009 está también el hecho de que "cierto electorado de izquierda considera que el PSOE se ha asemejado al PP en algunas cuestiones", un argumento que ha servido para que otros partidos de izquierdas hayan crecido electoralmente.
"Ya va siendo hora de que ordenemos ese debate", ha remachado Sánchez que, eso sí, ha sacado pecho de los resultados del pasado 26 de junio. Según ha dicho, el PSOE, con él al frente, ha "resistido un embate muy duro, el intento de sorpasso el 26J", que "para algunos es el peor resultado de la historia", pero que considera que con el tiempo se verá "como uno de los principales logros del socialismo y de la izquierda".
Sánchez ha defendido que ha abierto este debate justo ahora porque de otra manera no puede afrontar su objetivo de liderar un gobierno alternativo, ya que sus interlocutores, tanto en Ciudadanos como en Podemos, denuncian la "división en el PSOE" y le piden que antes de hablar con ellos ponga primero de acuerdo a los 'barones'.
Para poder sacar adelante su hoja de ruta, defender el 'no' a Rajoy y evitar terceras elecciones, necesita a "todo el partido detrás". "Si no, difícilmente voy a conseguirlo", ha dicho.
PIDE "CAPACIDAD PARA HABLAR CON LOS NACIONALISTAS"
Por su parte, ha recalcado que su proyecto es "un gobierno con Podemos y Ciudadanos" y "con capacidad de hablar con las fuerzas nacionalistas". Así, ha subrayado que ya se ha demostrado que el PP, pese a haber tenido mayoría absoluta, no ha resuelto la crisis territorial en España y ha defendido que es el momento de hablar.
Así, ha asegurado que no está hablando ya con ERC y la antigua Convergencia, pero ha asegurado que lo hará. "Les voy a decir el planteamiento que tiene el PSOE que cada cual decida", ha dicho, dejando entrever que aceptaría ser investido con la abstención de los independentistas, una posibilidad que, finalmente, descartó en la pasada legislatura entre presiones por parte de sus 'barones'.
Dicho esto, también ha insistido en que le parece hipócrita que el PSOE no pueda hablar con los nacionalistas y el PP sí puede "pactar con ellos la mesa del Congreso".
En cualquier caso, ha hecho hincapié en su llamamiento a Ciudadanos y Podemos, asegurando que está dispuesto a ser "generoso", abierto a un gobierno de coalición o con independientes de prestigio. Según ha dicho, si el Comité Federal aprueba las fechas propuestas y gana las primarias, habrá tiempo para que ese gobierno alternativo se ponga en marcha.
Y más tiempo tendrá, ha apuntado, si no hay candidaturas alternativas, un plazo que se cerraría el 12 de octubre. "Sin lugar a dudas, se puede formar un gobierno alternativo si hay voluntad", ha dicho.