La Audiencia de Sevilla ha juzgado a tres policías nacionales y a un policía local por dos delitos contra la integridad moral y una falta de lesiones, de los que están acusados por su actuación contra dos ciudadanos que ejercían de "manteros" en las inmediaciones del centro comercial Nervión Plaza.
En el juicio, que ha quedado visto para sentencia, la Fiscalía ha pedido para el policía local un año de prisión y suspensión de cargo público para dos años, y para los tres policías nacionales la misma pena más una multa de 400 euros, y alternativamente pide una falta de maltrato con una multa de 300 euros, mientras que las defensas han solicitado la absolución.
Los hechos enjuiciados ocurrieron la tarde del 8 de septiembre de 2010, cuando agentes de la Policía Local acudieron a la calle Luis de Morales para impedir la actividad de los denominados "manteros" que venden diversas mercancías en la acera del centro comercial Nervión Plaza.
Ante su llegada, los vendedores, de raza negra, recogieron rápidamente sus pertenencias y huyeron por las calles adyacentes, por donde los persiguió un policía local, quien logró detener a uno de los que vendía CD y DVD alcanzándolo por la mochila.
Después le agarró fuertemente del brazo, lo tiró violentamente contra el suelo y lo puso boca abajo, tras lo cual se colocó encima suya a horcajadas a pesar de que el vendedor no ofrecía resistencia, lo inmovilizó y golpeó en la cabeza en varias ocasiones contra el suelo, según la Fiscalía.
La actuación policial fue presenciada por los viandantes, quienes junto a un amigo del vendedor increparon al policía, al que rodearon un grupo de entre 30 o 40 personas que le pedían que lo dejaran en paz y no lo golpeara más al tiempo que su amigo grababa los hechos con el móvil y les llamaba racistas, añade la acusación pública.
Ante la llegada de numerosos agentes de la Policía Nacional para ordenar la zona, ya que el tráfico rodado quedó interrumpido, el amigo del vendedor intentó abandonar el lugar sin dejar de grabar, por lo que fue requerido por un policía para que depusiera su actitud, a lo que se negó a la vez que siguió gritando e increpando al agente.
Por ello, añade la Fiscalía, acudieron tres policías más que le quitaron el móvil, le agarraron violentamente por detrás y lo arrojaron al suelo, donde se montaron encima suyo y lo golpearon, actitud censurada por el público presente por la violencia empleada.
El amigo del primer vendedor fue detenido por un atentado a agente de la autoridad, de lo que fue absuelto en un juicio celebrado en el juzgado de lo penal 2 de Sevilla.
El vendedor, por su parte, fue juzgado por un delito de resistencia, del que fue absuelto, y contra la propiedad intelectual, falta que sí se apreció.