La animalista que esto firma, se salió de ‘Le fils de Joseph’ -que se exhibió en la Sección Oficial del Festival de Cine Europeo de Sevilla, donde obtuvo el Premio al Mejor Guión -a los cinco minutos de su proyección, por mor de una escena en la que dos niñatos sádicos se las prometen muy felices planeando torturar a una rata enjaulada e indefensa. En un Certamen donde, lamentablemente, han abundado los maltratos y asesinatos en directo a especies no humanas, decidió que ya era suficiente.
Pues bien, en este caso, se equivocaba de medio a medio. Así que le ha vuelto a dar otra oportunidad y a fe que merece la pena. Por cierto, en los títulos de crédito finales se nos cuenta que la rata, de nombre Gargantúa , “vive feliz en su retiro de la Costa Azul” y desde estas líneas también se da fe del trato exquisito y sensible deparado a una mula llamada Nenette.
Narra la historia de Vincent, hijo adolescente de Marie una madre soltera y enfermera dulce, compasiva y solitaria, a la que pregunta por su padre, sin obtener respuesta. Decide averiguarlo por su cuenta y… en estas conoce a Joseph. Una aventura llena de equívocos y dificultades, que cambiará sus vidas para siempre.
Estructurada en capítulos, que remiten a escenas y relatos bíblicos, esta producción franco-belga, ambientada en París y en la que también intervienen los Dardenne, la escribe y dirige el franco-estadounidense Eugéne Green, cosecha del 47, que tiene una breve aparición en el filme.
Y lo hace con la sensibilidad, el talento, la singularidad y el sentido artístico, extremadamente refinado, que le caracterizan. De 115 minutos de metraje, bellamente fotografiada por Raphael O’Byrne y con una música tan exquisita como su propia puesta en escena. Con unos intérpretes en estado de gracia, entre los que destacamos a Victor Ezenfis, Natacha Régnier, Mathieu Amalric, Fabrizio Rongione y Maria de Medeiros.
Entre la transcendencia y la ligereza, entre el drama y la comedia, entre la espiritualidad y lo mundano, entre la ternura y la dureza, entre la densidad y la ironía, se va desgranando ante nuestros ojos este relato de un hijo en busca del padre. De un progenitor biológico, cínico y ambicioso, carente de escrúpulos, que no ejerce como tal. De otro varón sensible y cálido, que aprende a serlo. De una mujer solitaria, digna y generosa. De un joven sensible e intuitivo, que transgrediendo las normas, se encuentra a sí mismo.
Una joya tan compleja como asequible. Una tierna delicia transgresora y clásica. Tan hierática como emotiva. Tan seria como juguetona. Y así podríamos seguir… Háganse con ella por todos los medios. No deberían perdérsela bajo ningún concepto.