Agentes de la Policía Nacional han detenido a cuatro jóvenes – tres hombres y una mujer – de edades comprendidas entre los 18 y los 23 años, de nacionalidad belga, que aprovecharon la pasada madrugada para tras sustraer una de las cadenas que delimitan el perímetro de la Catedral de Sevilla.
Un taxista que fue testigo de los hechos, avisó a una patrulla policial que se encontraba en la zona, y los agentes consiguieron localizar y detener a los jóvenes que, en el momento de ser interceptados, portaban entre los cuatro la cadena – de 7,5 metros de longitud y gran peso – que acababan de descolgar de su ubicación original.
Podrían ser responsables de un delito contra el Patrimonio Histórico
Los hechos sucedieron durante la pasada madrugada cuando cuatro jóvenes que se encontraban en los alrededores de la Catedral de Sevilla decidieron llevarse una de las cadenas que rodean este monumento histórico para lo cual, mediante una actuación conjunta de todos ellos, sacudieron el pesado elemento arquitectónico hasta descolgarlo de las sujeciones de las columnas que lo mantienen en suspensión.
El fuerte estruendo que originó la caída al suelo de la cadena, alertó a un taxista que se encontraba en la misma calle Alemanes, donde sucedieron los hechos, y presenció cómo los jóvenes, tras descolgar los eslabones, porteaban la pieza con la intención de llevársela, así que decidió llamar a la Policía a través del teléfono 091.
No obstante, antes de efectuar la llamada, el testigo de los hechos vio a una patrulla policial que se encontraba por la zona y relató a los agentes lo sucedido, por lo que estos, tras comprobar que efectivamente una de las cadenas del perímetro de la Catedral había sido sustraída, llevaron a cabo un despliegue por las calles de alrededor a fin de localizar a los jóvenes responsables.
De esta forma, los policías consiguieron finalmente localizar a los cuatro jóvenes que se encontraban en una de las calles cercanas y llevaban consigo la pesada cadena, por lo que procedieron a la detención de todos ellos, y a la intervención del elemento arquitectónico para efectuar la entrega del mismo al responsable de su custodia que permitiera así su restitución.
Los jóvenes – de nacionalidad belga y con edades comprendidas entre 18 y 23 años – carecían de antecedentes policiales previos, y ya han sido puestos a disposición de la autoridad judicial por lo que podrían ser juzgados por la comisión de un delito contra el Patrimonio Histórico.
Por su parte, la emblemática cadena sustraída – que podría datar del siglo XVI y cuyo uso consistía en delimitar los límites de la jurisdicción eclesiástica durante esa época – ya ha sido entregada al Deán de la Catedral de Sevilla para que pueda ser recolocada en su lugar originario.