Extrabajadores de la planta de la multinacional Delphi de Puerto Real (Cádiz), cuyo cierre se anunció hace una década, han acudido este miércoles a las puertas de la factoría para recordar que, para ellos, en esta fecha se conmemoran "diez años de traición, corrupción y engaños".
Con estas palabras lo ha definido Francisco Senra, dando voz al colectivo de 240 operarios de la factoría de Delphi de Puerto Real que, en esta década, no ha podido rehacer su vida y están en una situación "desesperada".
Son parte de los 1.800 trabajadores de Delphi que el 22 de febrero recibió como un jarro de agua fría el anuncio de que la multinacional de componentes de automoción echaba el cerrojo, un mazazo para la red industrial de la Bahía de Cádiz que, según algunos cálculos, afectó en total a más de 4.000 personas que dependían directa o indirectamente del trabajo que ofrecía la fábrica de Puerto Real.
Aquel 22 de febrero de el 2007 la compañía entregó un escrito a los representantes laborales de estos trabajadores en el que se justificaba la decisión "en perdidas significativas durante los últimos cinco años de hasta 150 millones de euros, los altos costes operacionales y la incapacidad para atraer nuevas oportunidades de negocio competitivas".
El cierre, según ha contado Senra a las puertas de la factoría, ha "destrozado" la vida de los 240 operarios que una década después vive "en una situación desesperada" y con el "trauma" y el "odio contenido" de no haber encontrado una salida laboral, pese a que la Junta de Andalucía les prometió en su día que encontraría una solución para cada uno de ellos e invirtió más de 60 millones de euros en un dispositivo especial para apoyar a este colectivo.
"Nos prometieron una solución", dice el representante de este colectivo, que seguirá reclamando al PSOE, que entonces ostentaba el Gobierno Central y el de Junta de Andalucía", que cumpla su palabra.
Miguel Paramio, del sindicato USO, ha criticado que no haya valido "para nada" la formación que recibieron pese a las ingentes cantidades de dinero público invertido en ello y ha acusado a la Junta de Andalucía de echar en esta década "cortinas de humo unas detrás de otras".
El Gobierno andaluz desactivó el dispositivo especial para buscar buscar salidas laborales para todos los exempleados de Delphi en 2012, cuando, según los cálculos de los operarios, todavía había 240 empleados en busca de una solución.
Este colectivo protagonizó un encierro que duró 1.074 días en el edificio de los sindicatos de la capital gaditana, dentro de las muchas movilizaciones que en esta década han mantenido.