Veinticinco años después de su estreno, Fernando Trueba sigue pensando que "Belle Epoque" es una película "vitalista y alegre", pese a que algunos amigos que leyeron el guión antes del rodaje pensaron que sería "otra película oscura, lo de siempre, de la España negra".
Fue un proyecto "que se canceló dos o tres veces por falta de dinero", ha recordado Trueba, que hoy asiste a la designación de "Belle Epoque" como Película de Oro en el vigésimo Festival de Cine en Español de Málaga.
Finalmente, decidieron rodarla en Portugal, "donde los salarios eran más bajos, y esa diferencia de costes "hizo que la película fuera posible", según el director, que considera el cine "una cosa de gente aventurera y voluntarista, que quiere hacer algo en lo que cree".
Cuando se le pregunta si él ha evolucionado en este periodo en su relación con España, asegura que no ha cambiado.
"Sigo pensando lo mismo y, a veces, incluso lo digo en voz alta y me busco problemas. Con 10 años le dije a mi madre que iba a ser desertor. Siempre he sido igual, y siempre he tenido una relación entrañable con este país, pero lo que no he sido nunca es nacionalista", ha subrayado.
Y es que Trueba considera que sus relaciones "no son con las fronteras ni con los pasaportes, son con las personas y con el cine", y no es alguien para "dar ni quitar pasaportes".
"Me gusta que la gente pueda pensar y decir lo que quiera. No hay nada más bonito que respetar a alguien que tiene ideas distintas y poder vivir en paz con él, pero todavía hay gente que no lo ha entendido", ha lamentado.
El cineasta ha estado acompañado en este homenaje del Festival de Málaga por los actores Jorge Sanz, Gabino Diego, Ariadna Gil y Miriam Díaz Aroca y por José Luis García Sánchez, que escribió el guión de la película junto a Rafael Azcona y el propio Trueba.
Del rodaje de "Belle Epoque" recuerda como un "privilegio" haber podido dirigir a Fernando Fernán Gómez, algo que resultó "muy fácil".
"Le debo al cine muchas cosas, pero sobre todo le debo la gente a la que he conocido. Es una gran deuda que tengo con el cine y que intentaré pagar de la mejor forma posible".
Y llegó el Oscar para "Belle Epoque", algo que Trueba recuerda como "un momento de muchos nervios y de mucha tensión, y que pese a ser positivo estás deseando que pase".
"Soy una persona que me da vergüenza cuando me hacen un regalo, abrirlo y mirarlo. Lo del Oscar por un lado ayudaba luego a hacer películas, pero lo veo todo muy aturullado, como una borrachera en la que se te mueve el decorado".