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Huelva

“Hay que admirar los pasos en la iglesia y en la calle mirarla a Ella"

Entrevista a Manuel Gómez Beltrán, vestidor y una persona muy conocida en el ambiente cofrade de nuestra ciudad

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  • Manuel Gómez Beltrán -

Es una persona muy conocida en el ambiente cofrade de nuestra ciudad. Profesor o ‘maestro’, como a él le gusta decir, de profesión y de vocación. En sus manos está el privilegio de vestir a nuestras imágenes devocionales. Ha sido hermano mayor del Nazareno y prioste en muchas de sus juntas de gobierno, y sobre todo es vestidor de María Santísima de la Amargura y de algunas imágenes marianas de las distintas hermandades de nuestra ciudad. En la actualidad tiene encomendado ser prioste de nuestra patrona, en la actual junta gestora.

Sabemos que atesora varios premios importantes o galardones de distintos estamentos de nuestra ciudad. ¿Se siente una persona querida y respetada dentro de este ámbito cofrade?
No es que me sienta querido, pero la verdad que es que tengo muchos amigos, que empezamos juntos en esto, y otros que se han ido sumando. Lo que sí me siento es integrado dentro de la Semana Santa, como mucha más gente.

¿Desde cuándo empieza con la priostía y desde cuando de vestidor? ¿Va una cosa con la otra o son cosas distintas?
Va una cosa con la otra y va con la necesidad, es decir, en los comienzos, allá por finales de los sesenta, las cofradías empezaban a salir tímidamente del letargo. Había un bache generacional tremendo, donde había gente de hasta 80 años en las juntas de gobierno, y estábamos los de mi edad, hablamos de 14 años o 16. Nos tocó, por necesidad, ir acometiendo las labores propias de la hermandad. Está claro que si no hay cariño, o no hay entusiasmo por servir a tu cofradía, evidentemente esto no sale. Así se llega tanto de prioste como de vestidor, por pura necesidad.

¿Cómo explicaría usted qué requisitos debe tener un vestidor para ponerse delante de una imagen para vestir?
Siempre que me preguntan esto contesto lo mismo, es la pura verdad. Lo primero es tener respeto por la imagen. Una cosa es ir a vestir una imagen de tu devoción, en la que es tu hermandad de cuna, y otra cuando te llaman de otra hermandad, por necesidad de vestir otra imagen. Evidentemente la tratas con el mismo respeto pero hay otro tipo de componentes. Así que sea cual sea la imagen, lo primero siempre es el respeto ante una imagen sagrada y respeto a la identidad de la hermandad, eso es fundamental, que eso parece que hoy no se cumple escrupulosamente. Estéticamente se puede llegar a cotas increíbles pero a lo mejor no es lo más adecuado.

Hemos observado cómo, últimamente, hay muchos cambios de ropa a lo largo del año. ¿Esto es necesario, era antes así, o por el contrario es una moda?
Tiene su explicación, es decir, hablamos de los años sesenta y setenta, las hermandades celebraban los cultos anuales de regla a todas las imágenes en el mismo culto. Felizmente con ese revulsivo de ese cambio generacional que hubo en las hermandades, los cultos a las imágenes crecen. Se separan los cultos a la imagen del Cristo de los de la Virgen, entonces hay una necesidad de presentar a la imagen con decencia. Cambiar por cambiar, pues no, pero sí es verdad  que hay más motivos para cambiar a las imágenes. Lo normal, cada mes y medio o fiesta principal. Por ejemplo, nosotros en la Concepción, la Amargura siempre se ha cambiado en Cuaresma, en el día de su besamanos, en sus cultos, pero cuando venía la Virgen de la Cinta también se cambiaba, y para el Corpus.

Nos llama la atención cómo hay Vírgenes que tienen ropas prestadas en muchos de sus cambios
Ahí soy un poco reacio. Entiendo que hay hermandades nuevas que están muy limitadas en su patrimonio, entonces tienen que recurrir al préstamo de ropa o de algunos enseres. La cuestión está en que cuando se hace por algo excepcional es lógico, pero no podemos entrar en un juego de préstamos. Me parece bien en un acto de un aniversario, una coronación, pero por gusto, no entro ahí. No digo que este mal, pero que a mí no me gusta hacerlo. Una cosa que se ha dado en una Dolorosa, es que alguien le ha regalado algo a una imagen y luego se ha visto en dos o tres imágenes distintas.

¿Cuánto  tiempo emplea un vestidor en vestir a una Virgen Dolorosa?
Depende, hay cambios que son muy sencillos, porque los tejidos que se le va a poner no tienen muchos problemas. Cuando la vistes para la salida, aparte del componente estético hay un componente de seguridad, que no se le caiga nada en la salida procesional, que no se desprenda nada. Pero bueno, podemos decir que desde que la desvistes hasta que terminas de vestir han podido pasar cinco o seis horas.

¿Todas la Vírgenes se visten igual?
Hombre, cada imagen debe tener su estética, técnica no, porque es la misma, hay que poner un tocado, el manto, los pliegues… Cada una debe tener su estilo propio, que es lo más difícil de conseguir. Hay reconocidos vestidores a los que admiro profundamente, en Huelva y fuera de Huelva, que visten hasta una decenas de imágenes, y a cada una le dan un sello muy particular. Lo suyo es que cada imagen tenga su propia identidad.

Entre la gente entendida, ¿se puede averiguar quién ha vestido a una determinada imagen?
Por supuesto, perfectamente. Yo que no estoy en ningún grupo, tengo el gusto de conocer a la gente que viste en Huelva admirablemente imágenes. No quiero dar nombres, porque siempre se escapan algunos… Pedro Ceada, fantástico; Nicasio, magnífico; Antonio Rivera, excelente; Juan Robles y gente nueva que empieza. No tengo conexión con ninguno, los conozco y los respeto, pero sí que se nota rápidamente la mano del vestidor en las imágenes.

Hemos visto últimamente, y  me va a permitir la expresión, imágenes muy raras vestidas, no sé si se debe a modas o por el contrario esto es el futuro
Vamos a ver, muchas veces buscamos justificación, que la hay para todo. Si nos queremos aferrar a que la Duquesa de Ureña vestía a las imágenes como las propias damas antiguas viudas, con corpiño blanco y el velo hasta los pies, bueno pues eso se puede justificar, cualquier cosa se puede explicar. Hay imágenes que su impronta es tocas de monjas, cualquier motivo de inspiración es bueno, pero hay que tener cuidado. Debe haber un límite. Particularmente, cuando una imagen tiene un estilo y siempre va exactamente igual, no hay problema, el problema está cuando, en la mayoría de las imágenes, en difuntos se viste de una manera que a veces se abusa del tenebrismo. Todo esto es mi opinión y lo que no quiero es pontificar, hablo por mí y hay cosas que estamos sacando de quicio. En muchas ocasiones no podemos volver a los orígenes, porque Juan Manuel Rodríguez Ojeda hubo uno. Las cosas hechas con buen gusto están bien, pero hay veces que se fuerza la máquina mucho, llegando en algunas ocasiones al esperpento. Hay cosas antiguas magníficas, el otro día vi la Virgen de los Dolores de la Hermandad de los Judíos, inspirada en una fotografía antigua, magníficamente vestida por su vestidor.

¿Cuál es el ritual que sigue usted para vestir a María Santísima de la Amargura?
El ritual siempre es el mismo, empezando interiormente, que no la cambio yo, lo hacen las Hermanas de la Cruz, y una vez que está vestida de blanco, pues ya se empieza con la saya, los tocados y demás. El ritual siempre es el mismo, el que me enseñaron a mí, el que yo vi. A mí siempre me abrieron las puertas de mi hermandad.

¿Cuántas imágenes viste en la actualidad y cuántas ha vestido?
En la actualidad dos, La Virgen de la Amargura y la Virgen de la Caridad. La primera imagen que vestí fue la Virgen de los Dolores de los Judíos, un recuerdo muy especial de la Virgen del Rocío y Esperanza, la Virgen del Refugio y la Virgen de los Dolores de la Hermandad de la Oración en el Huerto.

¿Las juntas de oficiales le ponen algún límite a la hora de vestir a una imagen?
Jamás, jamás nunca me han puesto límites.

¿Pero cree usted que es necesario?
Sí, realmente sí, creo que hay que poner cordura. Evidentemente el vestidor también pregunta, y muchas veces te lo aclaran y otras veces no.

¿Ha creado tendencia a lo largo de este tiempo?
Lo que siempre he intentado con la Virgen es lo que intenté la primera vez que la vestí, primero respeto absoluto a como la imagen llega a mis manos, pero evidentemente aquello ocurrió con 18 años y el tiempo va pasando, tú vas evolucionando, y siempre intentando que la imagen sea la que lleve la ropa, no la ropa la que someta a la imagen. No creo que haya creado tendencia, porque yo no veo muchas imágenes vestida como la Amargura. Lo que sí sé es que hay gente más joven que siente admiración por cómo se presenta la Virgen de la Amargura.

¿Se jubila un vestidor?
Y lo jubilan. Llegado el momento de la edad y la condición física, y sobre todo desde la responsabilidad, porque la destreza se va perdiendo y cuando llegas a una cierta edad no es lo mismo. Pasa como al conducir un vehículo, se van perdiendo facultades. A mí me pesa mucho la responsabilidad, el pensar que por una merma física no pueda estar la Virgen al cien por cien… Recuerdo al que me metió en esto (silencio, el entrevistado se emociona, tenemos que parar un momento). Cuando estaba ya avanzado en edad, lo pasaba mal porque no podía debido a la edad.

De cara a los próximos días de Semana Santa, ¿qué debería el público en general mirar en un paso de palio?
Primero la imagen, la que sea,  importa poco cómo vaya vestida o adornada, que, por cierto, todas van de maravilla, es muy difícil encontrar un paso en Huelva que desentone. Los pasos debemos verlos y admirarlos en las iglesias y en la calle mirarla a Ella, y entender cómo en Andalucía se ha creado esa maravilla como es un ‘pasopalio’, para honrar a la Virgen.

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