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Lunes 11/11/2024
 

España

El G-8 apuesta por la reducción del 80% del CO2

La cumbre del G-8 comenzó ayer en la ciudad italiana de L?Aquila con la apuesta de las grandes potencias mundiales por una reducción en las emisiones de CO2 de al menos un 80% y con cierta cautela ante una situación económica aún ?incierta?.

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  • Algunos de los líderes del G-8 posan antes de la reunión que mantuvieron ayer en la ciudad de L?Aquila. -
La cumbre del G-8 comenzó ayer en la ciudad italiana de L’Aquila con la apuesta de las grandes potencias mundiales por una reducción en las emisiones de CO2 de al menos un 80% y con cierta cautela ante una situación económica aún “incierta”.

Los líderes de las siete potencias económicas más Rusia y representantes de la Unión Europea se reunieron este miércoles en la ciudad italiana con la mirada puesta en el medioambiente y en la crisis económica, dos de los asuntos principales de esta cumbre que concluirá el viernes.

De hecho, el calentamiento global fue el asunto más controvertido de la primera de las tres jornadas de la cumbre, con India y China, en calidad de potencias emergentes, que no esconden su escepticismo ante las propuestas sobre medioambiente que ha llevado la Presidencia italiana del G-8 al encuentro.

Este escepticismo, que en un primer momento amenazó con hacer saltar cualquier tipo de acuerdo entre los países del G-8 y las llamadas potencias emergentes, fue dejado a un lado por el Grupo de los Ocho, que a última hora de la tarde divulgó su propia declaración que dista, en parte, de la postura china e india.

En ese texto, los líderes del G-8 confirman “su voluntad de compartir con los demás países el objetivo de alcanzar una reducción de al menos el cincuenta por ciento de las emisiones globales antes de 2050”.

“En este ámbito, nosotros mantenemos incluso el objetivo de los países desarrollados de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un ochenta por ciento o más antes de 2050, comparado con 1990 o incluso años más recientes”, reza la declaración.

Esta apuesta va contra la postura de China e India, que se niegan a aprobar ese 50% porque, dicen, los “grandes” no han cumplido sus compromisos de ayudas financieras y tecnológicas para dar el paso a las energías limpias.

En lo que sí hay acuerdo es en el techo de los dos grados centígrados de aumento de la temperatura media del planeta con respecto a la de la época preindustrial que apoyan tanto los líderes del G-8 como China e India.

La economía fue el otro gran tema, con una crisis que presenta ya signos de estabilización, pero que aún da muestras de incertidumbre a los líderes de las siete potencias (EEUU, Japón, Canadá, Alemania, Italia, Francia y Reino Unido) más Rusia.

Por ello, el G-8 se compromete en su declaración final a “seguir trabajando juntos para recuperar la confianza y devolver el crecimiento a un sendero fuerte, verde, aglutinador y sostenible que incluya el refuerzo de los estándares de integridad y transparencia de la actividad económica”.

“Un crecimiento estable y sostenido a largo plazo requerirá una salida suave de los desequilibrios existentes en las cuentas. Reconocemos la importancia de trabajar juntos para asegurar los ajustes necesarios en línea con las estrategias acordadas a nivel multilateral”, prosigue el texto.

El G-8, que no se olvida de los trabajadores en su declaración final, apuesta por el mantenimiento de la demanda interna en los países más avanzados y un aumento de los niveles de ahorro en los Estados deficitarios.

“Nos comprometemos a afrontar la dimensión social de la crisis, poniendo en el centro a la persona. El impacto de la crisis sobre los mercados de trabajo puede minar la estabilidad social”, reza el texto, en el que se aboga por el saneamiento del sistema financiero mediante la estabilización de los mercados y la normalización de las actividades bancarias.

Los líderes del G-8, entre ellos el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en calidad de anfitrión, abordaron además la situación de los más pobres y reafirmaron su compromiso para “erradicar la pobreza, sobre todo en África”, y mantener sus esfuerzos para alcanzar los Objetivos del Milenio.

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