La rebelión de los dueños de la confitería La Campana contra el Ayuntamiento por la orden de retirada de los veladores que tenía en la vía pública una vez terminada la Semana Santa ha permitido que la opinión pública conozca el enorme negocio que hay detrás de las terrazas instaladas por los bares y locales sitos en las zonas más turísticas de Sevilla. Más que ciento por uno, los veladores, al menos en el caso de La Campana, rinden casi trescientos.
Durante la sentada organizada hace una semana para impedir inicialmente la retirada de los veladores por técnicos de la Gerencia de Urbanismo, agentes de la Policía Local y operarios del Ayuntamiento, el gerente y copropietario de la confitería La Campana, Borja Hernández, declaró a Radio Sevilla que para su negocio el uso de los (once) veladores en la calle suponía unos ingresos de 1.500 euros diarios y que la pérdida de los mismos pone en peligro 40 puestos de trabajo.
Tras la revelación de este dato, se colige que los veladores generan 547.500 euros al año a la confitería, un pingüe negocio si se tiene en cuenta que por ocupar con el permiso del Ayuntamiento el espacio público de todos los sevillanos con esas once mesas y sus correspondientes sillas la empresa abona una tasa anual de tan sólo 1.900 euros.
Así pues, por cada velador paga una media de 173 euros anuales en números redondos, y cada uno de esos veladores le reporta ventas por valor de unos 50.000 euros (concretamente, siempre según la cifra revelada por el gerente y copropietario del negocio, 49.772 euros).
Según fuentes municipales, el establecimiento tenía una terraza con cinco veladores y sólo recientemente los incrementó hasta un total de once. El Ayuntamiento nunca le dio permiso para que instalara sombrillas.
En 2016, el gobierno local impuso a la empresa propietaria de la confitería dos multas coercitivas por vulnerar la Ordenanza Reguladora de las Terrazas de Veladores: una, por exceso de veladores en el angosto acceso por la calle Sierpes hasta la plaza y por la colocación de dos sombrillas; otra, por multiplicar por tres el número de sombrillas (de dos a seis), para lo cual tampoco contaba con autorización municipal.
Item más, algunas sombrillas incluso lucían publicidad de una conocida marca de cervezas, no sevillana precisamente, lo cual habría supuesto otra presunta vía de ingresos añadido para la confitería a cuenta de los veladores.
Pese a estos antecedentes, el portavoz de Ciudadanos, Javier Millán, ha declarado en relación con este caso que “el fundamental problema con los veladores de Sevilla es garantizar el cumplimiento de la Ordenanza, sancionando a quienes no respetan la norma, algo que este gobierno (por el de Espadas) no tiene como prioridad, dedicándose por el contrario a matar moscas a cañonazos en vez de trabajar en una solución sensata”.
Actitudes opuestas
La actitud rebelde y provocativa del gerente y copropietario de la confitería ante los agentes de la autoridad el pasado lunes contrastó con la pacífica reacción de los responsables del cercano local de McDonald’s, los cuales también habían vuelto a instalar en la vía pública, una vez acabada la Semana Santa y pese a la prohibición municipal, sus ocho mesas y 32 sillas.
Aquéllos, pese a que habían presentado la misma alegación que los empresarios de La Campana contra la decisión del Ayuntamiento, acataron la orden pero no dejaron de señalar el agravio comparativo y la contradicción que habría supuesto que una orden similar no se aplicara también contra la confitería, que hacía ostentación de mantener los veladores, incluso con una sentada de los empleados para obstaculizar la acción de los técnicos, policías y operarios y a riesgo de provocar una alteración del orden público.
Los enviados del Ayuntamiento estuvieron dialogando una hora y media con el gerente y copropietario de La Campana, de forma infructuosa, ya que éste nunca depuso su actitud y hacía alarde de estar dispuesto a que se lo llevaran por la fuerza y aunque fuera sólo a él. Ante el cariz que estaban los acontecimientos y para evitar males mayores, los agentes del Consistorio se retiraron.
Posteriormente, hacia las 16 horas y cuando la presencia de público en las calles era mucho menor, una amplia dotación policial rodeó la confitería y bloqueó las puertas del establecimiento, y se procedió a la retirada de los veladores.
Veladores en precario
La Ordenanza Reguladora de las Terrazas de Veladores del Ayuntamiento de Sevilla estipula, entre otros extremos, lo siguiente:
-La implantación de las terrazas de veladores requiere la previa obtención de la licencia municipal en los términos previstos.
-Tendrán en todo caso carácter temporal, limitado a un máximo de doce meses de duración, finalizando en cualquier caso el 31 de Diciembre del año en curso y podrán ser renovables.
-Se concederán siempre en precario y estarán sujetas a las modificaciones que pueda decidir el Ayuntamiento, que se reserva el derecho a dejarlas sin efecto, limitarlas o reducirlas en cualquier momento, si existiesen causas razonadas que así lo aconsejasen.
-La instalación de terrazas en la vía pública es una decisión discrecional del Ayuntamiento, que supone la utilización especial de un espacio público, por lo que su autorización deberá supeditarse a criterios de minimización del uso privado frente al público, debiendo prevalecer en los casos de conflicto la utilización pública de dicho espacio y el interés general del ciudadano.