Se llama Matilde, tiene 52 años y vive con su hijo. Acudió al Pleno del mes de febrero para decirle al alcalde de Cádiz, José María González, y a toda la Corporación que había votado a Podemos , pero que se encontraba derrotada “moralmente porque ya no nos representa. No hay justicia. Hay violencia y terrorismo hacia quienes no cobramos nada y no podemos pagar”.
Esta mujer afirmó entonces que llevaba dos años sufriendo los recortes del Ayuntamiento en relación con las ayudas al pago del alquiler, a pesar de que no dejó nunca de pagar su parte. En esta misma intervención acusó a la concejala de Vivienda, Eva Tubío, de “mentir” y le exigía “humildad ante todo”.
Actualmente, esta madre que tiene diagnosticada fibromialgia, así como otras enfermedades crónicas, trabaja en el servicio doméstico de vez en cuanto, pero está desempleada.
Ante la situación decidió dar traslado de su situación al Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu. “Le he contado que llevo 20 años esperando una vivienda, que estoy en el puesto 205 de la lista de demandantes de vivienda. Que desde hace dos años me han recortado la ayuda a la vivienda, que han recortado también en las ayudas a los alimentos y que no veo mucho interés por ayudar a quienes menos tenemos”.
Corte de agua
Esta mujer debe pagar no sólo el alquiler, sino también el agua y la contribución. Ya ha sufrido algún corte de agua en los últimos meses, pero al final ha podido subsanar la situación. Recibe ayudas para el pago de la luz y ahora está pendiente de que se seleccione a los alumnos para el curso de ayuda a domicilio en el que se ha apuntado.
“Sé que el defensor del Pueblo ha admitido a trámite mi caso, ahora estoy a la espera de tener noticias tanto del Ayuntamiento como de la propia Oficina del Defensor”, afirma Matilde, quien se encuentra en una situación “nefasta y ya no sé a quién pedir ayuda” para solucionar los problemas que tiene.