Los dos hombres que hace diez días interceptaron a un guardia civil en La Línea de La Concepción y le agredieron han sido condenados a 18 meses de prisión, pena que han eludido tras pagar cada uno 3.000 euros, según han dicho a EFE fuentes de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC).
Estas fuentes han expresado a EFE su "indignación" con el hecho de que los dos autores de la agresión estén ya en la calle, antes incluso de que el agente agredido, que precisó cinco puntos de sutura en los labios y tiene contusiones en la cara y el cuerpo, haya podido recuperarse de sus heridas y ser dado de alta.
La agresión sucedió sobre las 5:45 horas cuando el agente iba en su coche particular al puesto de la Guardia Civil de La Línea, en el que trabaja desde hace once años.
Dos vecinos de La Línea, de entre 25 y 35 años y supuestamente relacionados con el mundo del narcotráfico de la zona, según las fuentes, le reconocieron y, después de varias maniobras, cruzaron el vehículo en el que viajaban frente al del agente para obligarle a detenerse.
A continuación le sacaron del coche y le propinaron una paliza mientras le llamaban "chivato", nombre que utilizan los narcos para llamar a los guardias civiles.
Los dos agresores fueron detenidos pocos días después y el pasado viernes fueron condenados en un juicio rápido a 18 meses de prisión por atentado a agente de la autoridad y por lesiones.
Como ninguno de los dos tenía antecedentes penales, pudieron eludir el ingreso en la cárcel con una fianza de 3.000 euros, que abonaron ese mismo día con lo que pudieron quedar libres.
Fuentes de la AEGC explican que aunque están "decepcionados" por la pena impuesta, de otro lado se sienten satisfechos de que "al menos" los hechos no hayan sido considerados "una infracción administrativa como ha ocurrido con otras sentencias" ya que ha tenido consecuencias penales, que quedarán en los antecedentes de los dos agresores.
Esta agresión hizo que tanto a la AEGC como a la AUGC volvieran a poner de manifiesto la indefensión con la que trabajan los agentes en el Campo de Gibraltar frente a la creciente peligrosidad de las redes de narcotráfico que operan en la zona.