El concejal delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, el socialista Antonio Muñoz, ha anunciado que a partir del próximo año se planteará la "reconversión" del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS) en "otro instrumento" para poder seguir creciendo ante la "ineficaz configuración actual", que provoca un "cuello de botella" administrativo.
A preguntas de los periodistas, tras participar en la presentación de la programación del Teatro de la Maestranza, Muñoz ha indicado que el ICAS "pudo servir" en una etapa anterior, pero considera que no es eficaz actualmente si se quiere seguir creciendo. Por ello, el Ayuntamiento está en "esa reflexión" sobre su "reconversión", aunque no en 2017.
"El ICAS tiene una configuración como organismo programador de cultura que hay que modificar y que actualmente no vale. Ahora es una figura mixta entre empresa pública y organismo autónomo, no es ni chicha ni limoná, a lo que se suma una estructura raquítica en administración, con una sola técnica de contratación para dar salida a 1.200 expedientes. Ahí está el cuello de botella", sentencia.
En este sentido, informa del reconocimiento de crédito que irá al próximo pleno, por alrededor de 700.000 euros, y que suponen facturas de 2016 que por distintas razones tendrán que ser consignadas en el presupuesto de 2017 al no haber podido entrar en el ejercicio anterior. Entre esos motivos, Muñoz ha mencionado el "cuello de botella" de expedientes existente, ya que el ICAS mueve unos diez millones de euros y gestionó 1.250 expedientes en 2016, unos 200 sólo de la Bienal de Flamenco, mientras que en otros organismos con un similar volumen de fondos los expedientes son apenas un centenar.
"Cuando hemos incrementado la programación cultural de manera exponencial, se han aumentado los expedientes, a lo que se suma que este año ha habido cuatro bajas en la plantilla y una vacante que no se pueden cubrir, lo que lleva a un cuello de botella", agrega.
Otra de las causas, según detalla, sería que a finales de diciembre de 2016 se comunicaron una serie de reparos por parte de la Intervención, lo que llevó a que "no hubiera margen para corregir esos elementos y que la factura pueda ser pagada en 2016".
También, menciona el "cambio de proceder" de la Intervención, poniendo como ejemplo que la Bienal "ha sido igual que en otras ediciones, pero ha tenido más reparos de la Intervención de otros años". Igualmente, recuerda que en el último trimestre de 2016 se implantó la administración electrónica, lo que ha llevado a "una serie de disfunciones".
Sin embargo, deja claro que se sería "injusto" si se achacara la situación al que fuera gerente del ICAS y actual coordinador de actividades, Paco Cerrejón. Así, recuerda que, cuando configuro su equipo en el ICAS, pensaba que su estructura era "más eficiente de lo que es en la actualidad".
"Pensé en un programador cultural como gerente y, conforme se han ido dando estas circunstancias, me he dado cuenta que necesito un gestor económico, provenga o no del mundo de la cultura. Seríamos injustos si imputamos a Paco Cerrejón el reconocimiento de crédito que va a aprobar el pleno", concluye.