El PP ha pedido al alcalde de Granada, Francisco Cuenca (PSOE), que "tome nota" de la prisa que se ha dado la Junta en pedir la retirada de grafiti en Málaga y que ponga "de una vez" las cámaras de videovigilancia en el Albaicín, declarado por la Unesco patrimonio mundial y afectado por numerosas pintadas.
Esta solicitud se produce después de que en Málaga la Junta de Andalucía haya urgido al ayuntamiento a retirar quince obras del popular artista francés conocido como Invader por no estar en consonancia con la Ley de Patrimonio Histórico.
La portavoz del grupo municipal popular, Rocío Díaz, ha afirmado que, mientras tanto, en Granada la Junta está haciendo "dejación de funciones y mirando para otro lado" en relación al Albaicín.
"Ni siquiera es que haya grafitis de famosos artistas callejeros que pudieran tener valor artístico, sino pintadas y firmas sin ningún interés y que únicamente afean y ensucian el paisaje", ha añadido.
A Díaz le sorprende la "rapidez" con la que ha reaccionado la Junta de Andalucía en Málaga, donde el ayuntamiento está gobernado por el PP, y no le ha pasado desapercibido que esa prisa "contrasta" con la "relajación" con la que se están tomando las cosas las administraciones socialistas en Granada.
Ha recordado que, en febrero de 2016, el TSJA aprobó la instalación de cámaras de vídeo vigilancia en el Albaicín, y que hayan pasado ya 16 meses desde eso y sigan sin estar.
"Y mientras tanto nuestro patrimonio histórico continúa degradándose sin que a quienes nos gobiernan parezca importarles nada", ha subrayado.
Por su parte, la concejal María Francés ha incidido en que la instalación de cámaras en el Albaicín tuvo un largo proceso previo, del que se ocupó el PP cuando gobernaba en la capital.
"Dejamos todo prácticamente hecho pero la vídeo vigilancia aún no existe, nos parece una muestra clarísima de la inoperancia de quienes ahora están en la alcaldía", ha remarcado en un comunicado.
Francés ha puesto el acento en que, en febrero, el grupo popular ya criticó la tardanza en adjudicar la contratación de la empresa instaladora y que vaticinó que las cámaras no estarían en el Albaicín al menos hasta finales de mayo.
