La organización ecologista Greenpeace no ve relación entre la excepción de la Ley de Montes que permite por causas de interés general recalificar un terreno quemado antes de que pase el plazo establecido de 30 años y el incendio forestal que se inició el pasado sábado en Moguer (Huelva), sino que considera que las causas son "múltiples" y "complejas", por lo que reclama una solución global a la cuestión.
Así, el responsable de la campaña de Bosques de la ONG, Miguel Ángel Soto, ha explicado a Europa Press que desde que la Ley de Montes de 2003 se reformó en 2015 y se incluyó tal excepción "no se ha recalificado ningún terreno afectado" y recuerda que en zonas protegidas como Parques Naturales o Parques Nacionales "es imposible recalificar un terreno".
Admite que la normativa abre la excepción para el caso de que se tengan que realizar obras de carácter público, como tendidos eléctricos o una carretera, entre otros, pero ha insistido en que "no se ha realizado ninguna obra pública en una zona quemada en los últimos 30 años desde que se aprobó la ley". En todo caso, reconoce que a Greenpeace no le gustó que se introdujera tal excepción, pero lamenta que abrir ese debate desvíe la cuestión de "la verdadera naturaleza del problema".
DOÑANA ES "UN LUGAR DE CONFLICTO"
En definitiva, no ve la relación de ese artículo con los incendios de Doñana o de cualquier otro lugar porque los grandes incendios en España son históricos, pero se ha avanzado y reducido el número de siniestros.
En cualquier caso, ha destacado que Doñana es un "lugar de conflicto" por el proyecto de almacén de gas, por los proyectos de invernaderos y por especies invasoras.
A su juicio, en la lucha contra los incendios, el meollo de la cuestión está en el abandono del medio rural, en la falta de políticas de prevención, en la falta de ordenación del territorio o en los inexistentes o deficientes planes de actuación. "No se entiende que Matalascañas, donde viven 40.000 personas, no tenga un plan de evacuación de incendios", ha dicho.
Por ello, lamenta la "tendencia a la simplificación" en los argumentos en favor de la búsqueda de una "respuesta fácil" frente a un problema "difícil" y que requiere esfuerzo. En ese sentido, reclama "entender y comunicar" los incendios desde su complejidad para evitar simplificaciones y obligar a que se asuman responsabilidades.
En definitiva, ha dicho que Greenpeace, que ve con preocupación la situación de Doñana, apuesta por una respuesta "coordinada" y "global" ante la "nueva generación" de incendios forestales que, como el de Doñana o Pedrograo Grande, son ya "de los más graves del siglo XXI" en la Península Ibérica, y advierte de que fuegos como este serán "cada vez" más frecuentes en el futuro.
Asimismo, en este "cambio de paradigma" que considera necesario pide más apoyo para las fiscalías de medio ambiente para que puedan esclarecer y perseguir este delito.
LA METEOROLOGÍA, UN "AVISO"
Soto alerta de que la meteorología actual es "un aviso" de lo que depara el futuro y recuerda que este es el comienzo de verano más caluroso de los últimos 40 años, con récord de temperaturas que se suman a décadas de abandono rural, falta de aprovechamiento, años de recortes en prevención y extinción, lo que convierte a los montes en "tremendamente vulnerables".
Entre las medidas, pide una mejor gestión forestal, modelos de selvicultura que tengan en cuenta el cambio climático y lograr masas menos vulnerables a grandes incendios, plagas o enfermedades, por ejemplo fomentando la ganadería extensiva, realizar quemas prescritas o extraer biomasa.
También exige al Gobierno medidas "valientes y decididas" en la futura Ley de Cambio Climático para evitar que la temperatura suba por encima de 1,5 grados centígrados.
"Si queremos evitar que sean los grandes incendios forestales los que gestionen el paisaje durante los fenómenos meteorológicos extremos, tendremos que actuar nosotros antes de que lo haga el fuego. La inacción nos condena a más, más intensos y más destructivos incendios forestales", concluye.