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Sábado 23/11/2024
 
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Sevilla

Setas sin fin

El Ayuntamiento acabará pagando 10,5 millones de euros más por las Setas de Monteseirín en la Encarnación

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  • El Ayuntamiento acabará pagando 10,5 millones de euros más por las Setas de Monteseirín en la Encarnación
  • Con los 116 millones de las Setas se podría haber financiando un Edusi para cada uno de los siete barrios pobres de Sevilla

Hace unos días, el Instituto Nacional de Estadística reveló que, según datos de los Indicadores Urbanos de 2017, el barrio más pobre de España está en Sevilla: Los Pajaritos, que además repite en este triste liderazgo por segundo año consecutivo y todavía, pese a que tanto se habla de la recuperación económica, en peor situación que el año anterior, ya que los ingresos medios de una familia que viva allí han disminuido en más de 300 euros, hasta situarse en 12.307 euros al año. Dicho de otro modo, en Los Pajaritos se vive peor y se es más pobre a cada año que pasa en vez de ser al revés, con lo que sus vecinos deben sentirse cada vez más desesperados, en un callejón sin aparente salida y cada vez más estigmatizados por su origen.

Sevilla no sólo ostenta ese liderazgo del barrio más pobre de España. Hasta podría copar el podio de los desheredados, ya que otros dos núcleos de nuestra ciudad escoltarían a Los Pajaritos en el ránking de la pobreza colectiva: Amate y el Polígono Sur.

Y aún más. Según los indicadores del INE, entre los quince barrios con menor renta de España aparecen siete de Sevilla, tres de Alicante, dos de Málaga y uno de Madrid, Vigo y Córdoba, respectivamente.

Así pues, la mitad de los barrios más pobres de España están en Sevilla capital, una ciudad que, no lo olvidemos, ha tenido más de 80.000 parados durante cinco años consecutivos, mes tras mes, y que todavía hoy, a expensas de conocer la estadística de junio, tiene a 74.031 vecinos inscritos en las oficinas del antiguo Inem en demanda de un empleo.

Auxilio autonómico

Por eso tampoco es de extrañar que a la hora de distribuir las ayudas del prorrogado Programa Extraordinario de Ayuda a la Contratación de Andalucía, que cuenta con un presupuesto de 40 millones de euros, la Junta coloque al Ayuntamiento de Sevilla como el primero y más necesitado de toda la región a la hora de recibir este auxilio autonómico para combatir de forma indirecta la pobreza.

Y es que el criterio básico para el reparto del dinero es el del número de parados, por lo que a nuestra Corporación Municipal le corresponderán 2,5 millones de euros, un dinero que será insuficiente y que sólo dará para que los beneficiarios de un contrato municipal puedan ir tirando durante una temporada.

En esta situación de emergencia social, que no ha surgido durante la crisis económica porque viene de antiguo pero que la crisis ha ayudado a que se visualice aún más merced al ránking del Instituto Nacional de Estadística, se ha publicado otra noticia totalmente antitética: el Ayuntamiento, en virtud de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), tendrá que pagar a Sacyr, la empresa constructora y gestora de las Setas de la Encarnación, el importe del billete (tres euros) que costaría a los sevillanos que lo hagan la subida al mirador del Parasol diseñado por el arquitecto alemán Jürgen Mayer pero que no pagan.

Recuérdese que de forma demagógica y con el fin de demostrar que el complejo de madera era un éxito y también una demanda popular, el ex alcalde Monteseirín anunció públicamente que la subida al mirador sería gratis para los nativos y residentes en la ciudad.

Nada es gratis

Pues bien, de gratis, nada de nada, como rezaba el título del blog que promovió la Fundación de Estudios de Economía Aplicada para tratar de convencer a los españoles de que la subvención o exención que el Poder concede u otorga por una parte, con la otra mano les extrae el dinero de sus faltriqueras vía impuestos, directos o indirectos. Por tanto, la aparente gratuidad de la subida al mirador de las Setas para los sevillanos supuestamente arrancada por Monteseirín en lucha titánica contra el desmedido interés de la empresa constructora y explotadora del complejo no fue más que otra falacia, porque los sevillanos han de pagar el precio del billete a través del Ayuntamiento y con sus impuestos.

Para completar la demagogia, el hombre de máxima confianza de Monteseirín  y ex gerente de Urbanismo y de Emasesa, Manuel Marchena, se encargó de proclamar que gracias a la construcción de las Setas en la Encarnación se iban a democratizar para todos los sevillanos las vistas desde las alturas a los tejados del Casco Antiguo, un privilegio reservado, según el hoy académico, a los potentados de la ciudad desde sus balcones.

Lo que no dijo es que el mirador de las Setas se halla a tan sólo 28,5 metros de altura, frente a los 97,5 metros (101 si se le suma el Giraldillo) que mide la Giralda, a cuyo campanario podían subir entonces y pueden seguir subiendo hoy gratis los sevillanos por disposición del Cabildo Catedral, el cual se financia no de las entradas que deja de cobrar a los nativos y vecinos ni de sus impuestos que paguen al Ayuntamiento, sino del dinero que reporta el turismo.

También el mercado

Segunda consecuencia conocida ahora de la sentencia del TSJA sobre las Setas: el Ayuntamiento también tendrá que pagar a Sacyr el coste real del mantenimiento de la plaza de abastos en vez de los placeros, a los que Monteseirín convenció de que se trasladaran desde las antiguas instalaciones provisionales a las nuevas presentándoles la operación como mucho más barata de lo que realmente era y cargando los sobrecostes por una parte a las propias arcas municipales y, por otra, a la empresa constructora, a la que ha dado la razón el TSJA, por lo que esos gastos del Metropol Parasol también deberán ser abonados por los sevillanos a través de sus impuestos.

Entre el coste de las entradas supuestamente gratis y el de los puestos del mercado se estima que para el año 2040, fecha del final de la concesión, la factura de las Setas se incrementará en otros 10,5 millones de euros.

¿A cuánto ascenderá finalmente el coste total de las Setas de la Encarnación? Pese al oscurantismo municipal al respecto (recuérdese que poco antes de cesar la Corporación Municipal presidida por Zoido, la Gerencia de Urbanismo encargó en mayo de 2015 una auditoría técnico-económica sobre el coste real del Metropol Parasol por un importe de 59.532 euros y que en estos dos años no hemos tenido noticia alguna de sus conclusiones), hemos estimado que tras la sentencia del TSJA que se dictó en octubre de 2015 y que por una parte eximía al Ayuntamiento de un pago a Sacyr de 35,1 millones y por otra le imponía el abono de casi 2,6 millones, más las consecuencias citadas, el coste por el momento ascenderá aproximadamente a 116.620.934 euros.

Como ocho Edusi

Volvamos de nuevo a Los Pajaritos, Amate y el Polígono Sur. ¿Cuál ha sido la reacción del Ayuntamiento al conocerse la noticia de que estos barrios sevillanos figuran entre los más pobres de España? Encargar la redacción de un proyecto de regeneración socioeconómica que presentar a una nueva convocatoria de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible (Edusi) para ver si consigue lo mismo que ya obtuvo para la zona Norte en un Edusi anterior y que todavía está pendiente de ejecución: 15 millones de euros de fondos europeos.

Mientras Sevilla tenía y tiene, y no de ahora precisamente sino desde hace decenios, siete barrios entre los quince más pobres de España, Monteseirín se gastó del dinero de los sistemas generales de la ciudad (fondos de la Gerencia de Urbanismo) 116,6 millones de euros en las faraónicas Setas de la Encarnación como un icono de su mandato y con el argumento de que el dinero había que dedicarlo a la “Sevilla consolidada” en vez de a los barrios, viejos o futuribles.

Con esos 116,6 millones de euros se podrían haber hecho ocho operaciones de regeneración como el Edusi de la Macarena y el sector Norte: una en cada uno de los siete barrios más pobres, y hasta habría sobrado para otro más.

Mientras Monteseirín construía las Setas con el argumento de que había que democratizar las vistas sobre Sevilla (cuando era y sigue siendo gratis mirar desde la Giralda, casi cuatro veces más alta), en siete barrios se pasaba y se sigue pasando necesidad.

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