La sabia confluencia entre el frenético ocio nocturno y las hermosas playas es, para la mayoría de los turistas, el principal valor de la isla balear más conocida en todo el mundo. Y es que, con un pasado hippie del que aún se conservan ecos, Ibiza es un referente internacional en lo que al entretenimiento se refiere. No obstante, más allá de las principales discotecas y clubs, la isla cuenta con una cultura rica e importantes lugares de interés histórico y artístico.
De esta manera, no es extraño que el viajero se pregunte cómo hacer para sacar el máximo partido a su estancia en la isla. Y puesto que el tiempo no es infinito, ¿qué visitas excluir de la lista? ¿A cuáles dar prioridad? En este sentido, más allá de diseñar un itinerario aproximado, se antoja imprescindible contar con un medio de transporte cómodo y que nos proporcione flexibilidad de horarios, al que podamos recurrir cuando queramos y que no nos suponga un gasto desmesurado.
Alquilar una scooter es una buena solución para aquellos que deseen ahorrar tiempo en atascos y aparcamientos, así como dinero a la hora de repostar. Así, una opción interesante es recorrer Ibiza en moto con Cooltra. Se trata de una compañía que cuenta con tiendas físicas y que también da la posibilidad de reservar de manera online. Además, Cooltra permite contratar servicios adicionales, como un segundo casco, un baúl o travesías en ferry a Formentera.
Una vez alquilada nuestra scooter ha llegado el momento de recorrer Ibiza en pocos días, aprovechando sus dimensiones relativamente reducidas (41 por 15 kilómetros). De esta manera, nada más aterrizar en la isla, podemos dirigirnos a las playas de Las Salinas o Es Cavallet, ambas ubicadas en el Parque Natural de Ses Salines y muy concurridas en verano.
Como es probable que las primeras noches las pasemos en Ibiza, a continuación, conduciremos hacia la ciudad. Su barrio antiguo (el Dalt Vila) está protegido por una muralla del siglo XVI y contiene edificios que merece la pena visitar: la Catedral de la Virgen de las Nieves y los de la Plaza de la Vila. Asimismo, en sus alrededores se ubican populares salas de fiesta como Pacha o Space.
Recorriendo la costa hacia el norte, pasaremos por Cala Llonga antes de detenernos en Santa Eulalia, donde su paseo marítimo ofrece una amplia oferta de bares y restaurantes. Y unos cuantos kilómetros más hacia el norte nos toparemos con los mercadillos hippy de Es Canar y Las Dalias. Por otro lado, es recomendable probar las aguas de la cala San Vicente, antes de bajar por el oeste de la isla.
Al comienzo de nuestro descenso daremos con la cueva de Can Marçá, con más de 1.000 años de historia y enmarcada en el acantilado del puerto de San Miquel. Si retomamos el viaje pronto arribaremos al ambientado Puerto de San Antonio, que cuenta con discotecas como Es Paradis. Por último, la zona suroeste de Ibiza alberga calas paradisíacas: Conta, Codolar, o d’Hort, entre otras.
