A una semana de que se celebren las primarias de las próximas elecciones legislativas en Argentina, la expresidenta Cristina Fernández sigue liderando los sondeos en el mayor distrito electoral, mientras el oficialismo trata de conquistar a los indecisos e imponerse en el resto del país.
Según el padrón electoral, 33 millones de argentinos están llamados a las urnas el próximo 13 de agosto y, de ellos, alrededor de un 36 % registrarán su voto en la provincia de Buenos Aires, donde Fernández se ha convertido en una clara protagonista de la campaña con su candidatura al Senado por el frente Unidad Ciudadana.
Todos los sondeos muestran a la exmandataria (2007-2015) a la cabeza, un puesto que se ha ganado apostando por un perfil bajo, alejado de la intensidad y la pasión de sus intervenciones a las que tuvo acostumbrados a los argentinos cuando estaba en el poder.
Mientras, consciente de que estos comicios supondrán el primer examen a la gestión del presidente, Mauricio Macri, el oficialismo ha recurrido a su técnica estrella: el "timbreo".
Este consiste en que los candidatos se paseen por los barrios del país para dialogar con los vecinos y escuchar sus propuestas, un "modus operandi" que intensificaron notablemente este fin de semana.
Además, en todas las regiones han contado con el apoyo público y permanente de las dos caras más reconocidas del frente gobernante Cambiemos: el presidente Macri y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.
Pese a ello, su apuesta en la provincia de Buenos Aires, el exministro de Educación Esteban Bullrich, no ha logrado salir del segundo puesto en las encuestas y, aunque en los últimos días ha ganado en intención de voto, permanece muy cerca del tercero: el excandidato presidencial Sergio Massa, líder del Frente Renovador y precandidato del frente 1País.
Pese a que el oficialismo espera ir en cabeza en la mayor parte del resto de provincias, la falta de sondeos a nivel nacional y el peso del territorio bonaerense han llevado toda la atención a esta zona.
Allí, su principal baza es tratar de convencer a los ciudadanos de que elegir a Fernández es elegir los errores del pasado para evitar, ante todo, que ésta no supere el 35 % de intención de voto que le dan algunas encuestas.
Con esto en mente, el sábado Macri afirmó en declaraciones a Radio Nacional que los funcionarios del kirchnerismo "no pararon ni pararán de mentir" y les acusó de haber recurrido al "miedo" para lograr la resignación de los ciudadanos.
"Veo a los militantes del kirchnerismo y espero algún día poderles sacarles ese enojo, porque necesitamos tirar todos para el mismo lado (...). Persistir en querer sostener el error es de las peores cosas que uno puede hacer", aseguró.
En esta línea, en una entrevista publicada este fin de semana, Vidal declaró que Fernández representa "lo peor del sistema" y consideró que votarla significa elegir "volver atrás".
"Si tenían tantas soluciones para problemas tan profundos, ¿por qué no las aplicaron? Ahora plantean recetas mágicas. Tienen un doble discurso", criticó.
Tanto en la provincia de Buenos Aires como en el resto del país todos los candidatos están atentos a ese 5-20 % de indecisos que identifican sondeos y especialistas.
Fernández es quizás la que menos tiene que preocuparse por este factor, ya que sus seguidores son los más decididos, mientras que Massa no debe perderlos de vista porque si Cambiemos mueve bien sus fichas, podría arrebatarle a unos cuantos votantes.
En las primarias del próximo día 13 se definirán los candidatos que podrán competir en las elecciones legislativas nacionales de octubre, en las que se renovarán 24 escaños en el Senado y 127 en la Cámara de Diputados de Argentina.
Una agrupación política podrá presentarse en los comicios de octubre siempre que en las primarias entre todas sus listas de precandidatos obtenga al menos el 1,5 % de los votos válidos en el distrito y para la categoría de cargo en la que pretenda competir en las elecciones legislativas.