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Sábado 16/11/2024
 
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España

Raúl Castro: "No basta gritar 'abajo el imperialismo', hay que producir más"

El presidente cubano, Raúl Castro, advirtió ayer a sus compatriotas que no basta con gritar ?patria o muerte, abajo el imperialismo?, sino que es preciso volver al campo, producir más y gastar menos en importar alimentos para superar la crítica situación económica de la isla.

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  • El presidente cubano Raúl Castro (d) junto a dos de sus vicepresidentes. -
El presidente cubano, Raúl Castro, advirtió ayer a sus compatriotas que no basta con gritar “patria o muerte, abajo el imperialismo”, sino que es preciso volver al campo, producir más y gastar menos en importar alimentos para superar la crítica situación económica de la isla.

“La tierra está ahí, aquí están los cubanos, veremos si trabajamos o no, si producimos o no... No es cuestión de gritar patria o muerte, abajo el imperialismo, el bloqueo nos golpea... (mientras) la tierra ahí, esperando por nuestro sudor”, dijo el mandatario.

Recordó que ya en 2007 alertó sobre “la imperiosa necesidad de volver a la tierra”, porque más de la mitad de las áreas cultivables de Cuba estaban ociosas.

En el aniversario 56 de la primera acción armada que encabezó su hermano mayor y antecesor, Fidel Castro, el tercero desde que este enfermó y él asumió el mando, el presidente dijo que ya se han entregado 690.000 hectáreas en usufructo a campesinos y organizaciones.

Agregó que cerca de la mitad de esas fincas ya han quedado libres de malezas y plantas indeseables y que en un tercio comenzaron las siembras.

“Es de seguridad nacional producir en el país”, porque se gastan “miles de millones de dólares” comprando alimentos de otros países, agregó.

Cuba importa el ochenta por ciento de los víveres que consumen sus 11,2 millones de habitantes, principalmente de Estados Unidos porque los alimentos y las medicinas están excluidos del embargo que aplica Washington a la isla desde 1962.

En los primeros meses de este año las importaciones cubanas cuadruplicaron en valor a las exportaciones, dejando al único país de América que se dice comunista con una angustiosa falta de liquidez.

Según Raúl Castro, en sus recorridos por la isla ha comprobado que “sobra tierra y de buena calidad” que no se cultiva, y los cubanos no deben quedarse tranquilos mientras haya una sola hectárea improductiva.

En las tierras que no sirvan para producir alimentos, se deberán sembrar árboles, agregó, y relató que él mismo ha experimentado con la siembra de pequeños bosques y ha tenido “la satisfacción de verlos crecer”.

Lamentó que cada vez que habla de esto, aparecen funcionarios que piden millones de pesos o de divisas, porque ellos, sin presupuesto, no siembran nada.

“No se cómo hacían nuestros abuelos”, ironizó el general, y afirmó que los árboles pueden sembrarlos incluso “jóvenes de la tercera edad” como él, que tiene 78 años.

“Bajo la dirección del jefe de la revolución, Fidel Castro, por grandes que sean las dificultades y peligros, seguiremos adelante”, aseguró el mandatario, tras reconocer que “es un enorme reto” para el desarrollo de Cuba en medio del bloqueo norteamericano y “muchas otras agresiones”.

Raúl Castro pronunció su discurso de 35 minutos ante 200.000 personas que madrugaron para verlo en la plaza Calixto García de Holguín, a 734 kilómetros al este de La Habana y a unos 70 de Birán, el pueblo donde nacieron él y los otro ocho hijos del emigrante gallego Ángel Castro.

Empezó su intervención quejándose de tener un sol inclemente a sus espaldas, por lo que era sólo una sombra para el auditorio, y anunció reuniones de las autoridades cubanas en los próximos días para tomar medidas relacionadas con la crítica situación económica de la isla.

El Consejo de Ministros revisará el martes los ajustes de presupuesto obligado por los efectos de la crisis financiera mundial, que redujo los ingresos de Cuba y crea dificultades para obtener créditos.

El miércoles se reunirá el comité central del gobernante Partido Comunista, para analizar la situación nacional e internacional, y el sábado tendrá lugar la segunda y última sesión ordinaria de este año de la Asamblea.

También dedicó buena parte de su discurso a la devastación que causaron tres huracanes que azotaron la isla en 2008, dejando pérdidas que cifró en 10.000 millones de dólares (veinte por ciento del PIB anual).

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