El Juzgado de lo Penal número 2 de Almería ha condenado a tres años y siete meses de prisión a J.L.J., alias 'El chatarrero' de Albox (Almería) por las amenazas vertidas contra un hostelero de la localidad al que al día siguiente incendió su coche, a finales de 2013, lo que motivó, entre otros hechos, que posteriormente el Ayuntamiento presentara contra él y más personas una denuncia por amenazas, coacciones y extorsión hacia los vecinos del pueblo.
El fallo, consultado por Europa Press y contra el que cabe recurso ante la Audiencia Provincial, condena también a D.P.S. a un año y diez meses de prisión por el delito de incendio así como a pagar conjuntamente con el otro acusado 13.280 euros de indemnización por el valor del vehículo que quedó siniestrado.
Los hechos tuvieron lugar en la tarde del 29 de diciembre de 2013, cuando ambos acusados fueron expulsados de un bar de Albox tras haber "molestado" a otros clientes, lo que provocó que 'El Chatarrero' amenazara de muerte al propietario del establecimiento y a su esposa, al tiempo que les advertía de que prendería fuego al local.
Horas más tarde, ya en la madrugada del día siguiente, ambos acusados regresaron a las inmediaciones del bar y prendieron fuego a la furgoneta del dueño del establecimiento con un botellín de cerveza que previamente habían llenado de gasolina en una estación de servicio cercana. Mientras el coche ardía por completo, ya que tuvo que ser apagado por los bomberos, los acusados huyeron del lugar.
Tras la denuncia interpuesta por la víctima, los agentes de la Guardia Civil consiguieron localizar en una calle del municipio a los sospechosos en la tarde del 31 de diciembre, de forma que el principal acusado llevaba un cuchillo en la mano. Los agentes fueron amenazados de muerte también por 'El chatarrero' cuando estos le pidieron que dejara el arma, lo que finalmente hizo, y mantuvo una actitud "agresiva y hostil" hacia ellos durante su detención.
Así, el hombre forcejeó con los agentes durante su arresto para entrar en el vehículo, donde volvió a amenazarlos como también lo hizo durante su ingreso en los calabozos del cuartel, cuando dijo a guardias que tenía "una caja de dinamita y que iba a utilizarla contra los mismos".
Esta actitud se mantuvo incluso durante su traslado hacia los juzgados de Huércal-Overa, cuando el acusado comenzó a golpear con patadas la mampara del vehículo policial hasta que logró romper la luna trasera derecha del coche "llegando incluso a intentar saltar del vehículo en marcha cuando iban circulando por la autovía A-7".
Ante estos hechos, el juez ha impuesto al acusado un año de prisión por las amenazas, un año y diez meses por los daños producidos mediante el incendio, otros nueve meses de prisión por resistencia a los agentes de la autoridad y una falta de daños con multa de 90 euros por los desperfectos causados en el coche de la Guardia Civil, en consonancia con las peticiones que formuló el Ministerio Público.
"PÁNICO" ENTRE LOS VECINOS
En su sentencia, el magistrado apunta que la situación de los hosteleros era "una repetición de lo que ya venían soportando no solo ellos, sino otros clientes del bar y otros habitantes de la localidad" con "amenazas e intimidaciones constantes", según se desprende de las declaraciones de los testigos, quienes señalaron que los acusados "iban metiéndose con la gente por los bares" del pueblo.
Asimismo, destaca que el acusado cuenta "con más de 26 antecedentes penales al día del juicio, entre ellos, uno por un delito de homicidio", por lo que considera plausible que no se hayan presentado denuncias antes contra él porque, según indicó una testigo, los vecinos le tienen "no miedo, sino pánico" a lo que les pudiera ocurrir. En la misma línea, recuerda que en fase de instrucción el juez dictó como medida cautelar una orden de alejamiento hacia las víctimas tras los hechos.
Igualmente, apunta el juez en sus fundamentos que el propio acusado se presentó en el puesto de la Guardia Civil tras ser expulsado del bar para denunciar lo ocurrido, lo que finalmente no hizo, aunque sí llegó a decir a los agentes que "como no vayan ahora mismo, no una sino dos patrullas, y se traigan a ese hombre, va a arder Albox, o por lo menos, el [bar], seguro".
Esta amenaza de incendio junto a otras, que se suman a los restos hallados en el coche del botellín de cerveza que previamente habían llenado hasta la mitad en la gasolinera los sitúa, según el juez, como autores del incendio aunque nadie los viera en el lugar de los hechos.
J.L.J. fue una de las dos personas denunciadas por el Ayuntamiento de Albox dos meses después de estos hechos por un presunto delito de extorsión a los comerciantes del municipio, coacciones y amenazas a los vecinos, por lo que el Ayuntamiento solicitó la prohibición de que viviera en la localidad. Asimismo, llegó a ser detenido días después de esa denuncia por quebrantar la orden de alejamiento que le impedía legalmente acercarse a los hosteleros a los que había amenazado.