La sensación generalizada de cara a los Presupuestos Participativos no ha cambiado con respecto a hace unas cuantas semanas, cuando algunas asociaciones de vecinos pusieron encima de la mesa su intención de no participar en las asambleas informativas y de votación de las iniciativas de los Presupuestos Participativos 2018, ya que solo se han ejecutado un par de proyectos de 2016 y 2017.
Por eso, la sensación generalizada es de apatía ante este “engañoso” proceso participativo, que sigue planteando dudas y resquemores entre los representantes vecinales, que no dudan en seguir manteniendo su postura, que no es otra que seguir con la idea de no participar en la edición de 2018 o retirar las propuestas planteadas.
Una de las razones por que las que los ciudadanos están cansados de esta “participación ficticia” como tildan a los Presupuestos Participativos, es que de 2016-2017 solo se han ejecutado dos, una es la celebración de la Feria del Libro, y la otra es la mejora de la pista deportiva de Malacara, un proyecto que se llevó a cabo gracias a la intermediación del futbolista portuense Joaquín Sánchez, que hizo posible que la Fundación Cruyff pusiera sus fondos en poner en marcha la mejora de esta pista, que estaba en pésimas condiciones de mantenimiento y conservación, a pesar de ser una de las que más uso ha tenido desde su inauguración.
La presidenta de la Flave, Milagros Muñoz, asegura a este medio que “mientras no haya presupuestos, por mucha voluntad que haya, no tiene sentido” que se siga hablando de Presupuestos Participativos. En general, explica que “llevamos dos años de Presupuestos Participativos sin ver los resultados” que se votaron.
Además, Muñoz indica que “es una buena idea y una herramienta adecuada, porque así podemos participar en los asuntos de la ciudad, pero se tiene que creer en ellos y hay que destinar dinero para ejecutar los proyectos”.
Por otro lado, la presidenta de la Flave defiende que “hay quien se queja de que el mayor montante de los Presupuestos Participativos van dirigidos a arreglos de barriadas, pero hay muchas necesidades que cubrir”. De hecho, indica que, si continuara el Plan de Barrios, los portuenses no tendrían que incluir las necesidades de los barrios en estos Presupuestos Participativos.
Por otro lado, Milagros Muñoz apunta que, debido a que no se han desarrollado proyectos de los anteriores Presupuestos Participativos, “cuesta mucho movilizar a la gente, sobre todo si ven que no se ha hecho nada”, por tanto “habrá ausencia de vecinos”. Y entonces si la participación no es la adecuada, el equipo de Gobierno “no puede culpar a los vecinos, también tienen que asumir su responsabilidad”.
En esa línea se manifiesta el expresidente de Altos de la Bahía y vicepresidente de la Flave, Enrique Valle, que también ha vivido los inicios del proceso de los Presupuestos Participativos. Este tipo de actuaciones municipales provocan que “los vecinos se distancien” de los procesos participativos. Con respecto al Plan de Barrios, apunta que “eran muy buenos, pero pocas veces se cumplían”, lo que desanima a la gente. De hecho, explica que “yo creo más en el tejido asociativo” y en su papel en la sociedad portuense y en su mejora, pero entiende que el ciudadano se acabe hastiando.
Postura clara
La primera asociación de vecinos que confirmó que retiraba su propuesta de los Presupuestos Participativos fue San Marcos, que sigue manteniendo su postura semanas después, a pesar de que el equipo de Gobierno haya confirmado el calendario de actuaciones y fechas para las propuestas aprobadas.
El hecho de que este año no se haya ejecutado ningún proyecto sigue haciendo que tengan la mosca detrás de la oreja.
San Marcos corrobora que “seguimos pensando que es imprescindible para la realización de unas asambleas en donde se aprobarán propuestas para el 2018 el que se tengan aprobados los presupuestos municipales del 2017”, una premisa que también comparte la federación de vecinos.
Continúan destacando desde San Marcos que “la impresión es que se llega tarde, muy tarde, y unos Presupuestos Participativos no pueden salir adelante con unos presupuestos municipales aprobados ‘in extremis’, que aún está por ver que se aprueben, no existe tiempo material para su realización”, ya que queda tan solo mes y medio para el final del año.
Y como señala Milagros Muñoz, aunque en este tiempo se pudieran aprobar los presupuestos, sería complicado que se pudieran aprobar las RC necesarias para las distintas obras que hay que poner en marcha.
Por tanto, la sensación generalizada sigue siendo que se ha jugado con los portuenses que, de buena fe, han acudido a participar y votar las iniciativas que consideran más importantes para acabar con las necesidades de la ciudad. Así, Antonia A. destaca que “nos están tomando el pelo. Yo he acudido una vez pero no pienso ir dos veces. Hacemos el trabajo sucio y nos pagan no haciendo ni una obra. La próxima vez que no cuenten conmigo ni mis vecinos, porque a dos meses de que acabe el año que no nos digan que van a hacer algo”.
