El brasileño Neymar, estrella del París Saint-Germain (PSG), se mudó hace unos días de la mansión que ocupaba en la localidad de Bougival, a las afueras de la capital francesa, por motivos de seguridad, informó hoy el diario "Le Parisien".
Algunas intromisiones en esa casa, situada en la parte alta de una colina entre frondosa vegetación, y la falta de intimidad han llevado a la estrella brasileña a marcharse a otra vivienda que ofrece más garantías para su vigilancia, según el periódico.
No fueron suficientes las medidas de seguridad privadas ni la atención que prestó la policía municipal, que intervino en varias ocasiones para neutralizar la intromisión de curiosos.
En declaraciones a EFE, el alcalde de Bougival, Luc Wattelle, aseguró no tener información de primera mano, pero apuntó a que Neymar "debe permanecer" en la localidad, aunque en otro emplazamiento más discreto, tal y como desea el PSG.
Neymar llevaba desde comienzos de septiembre en la mansión de Bougival, pequeña localidad a unos 20 kilómetros al oeste de París.
Esa residencia, la misma en la que vivió el brasileño Ronaldinho entre 2002 y 2004, cuenta con 5.000 metros cuadrados de zonas verdes y 1.000 metros cuadrados habitables. Su alquiler rondaba los 14.000 euros mensuales.
Aunque el trasiego alrededor de la casa ha sido notable, con la visita de amigos y familiares, los que han compartido calle con el futbolista le consideraban un vecino que no daba problemas.
Le Parisien" señaló, además, que el futbolista echa de menos de su vida de Barcelona, donde se quedó su hijo Davi Lucca, y recordó que el proceso de aclimatación también fue arduo a su llegada a París para estrellas como el sueco Zlatan Ibrahimovic o el brasileño Thiago Silva.
El director deportivo del PSG, el portugués Antero Henrique, está especialmente pendiente de que a "Ney" no le falte de nada.
Esta lenta adaptación ha alimentado los rumores sobre la posibilidad de que se vaya del PSG el jugador más caro de la historia, por el que la entidad parisina desembolsó 222 millones de euros al Barcelona el pasado verano.
A ese respecto, fuentes de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) francesa hicieron notar a Efe que las cláusulas de rescisión no están permitidas en los clubes del país.
Es decir, que no la hay en el caso de Neymar, ni de 222 millones, ni de 500 millones, como se había especulado.
De este modo, la salida del jugador implicaría una negociación entre clubes.
La única opción que restaría sería un acuerdo privado entre el jugador y el club, aunque eso podría suscitar dudas desde el punto de vista legal.