El ministro británico de Exteriores, Boris Johnson, llegó hoy a Irán, donde abordará, entre otros asuntos bilaterales, el caso de la británica-iraní Nazanin Zaghari-Ratcliffe, detenida en Teherán desde 2016.
Esta ciudadana británica-iraní fue detenida cuando había viajado a Irán para visitar a sus familiares con el objetivo de que conocieran a su hija, Gabriella, que hoy tiene 3 años y vive con sus abuelos.
Zaghari-Ratcliffe está acusada de tratar de derrocar al régimen iraní, algo que ella ha negado, pero su caso se agravó el pasado mes de noviembre cuando Johnson dijo en el Parlamento británico que estaba en Irán para dar clases de periodismo.
Este mensaje, del que Johnson se disculpó posteriormente, fue utilizado por las autoridades iraníes para confirmar los cargos contra la mujer.
Zaghari-Ratcliffe, que trabajó para la Fundación Thompson Reuters y la cadena pública BBC, cumple una condena de cinco años.
Además de este asunto, el ministro británico de Exteriores tratará en Teherán asuntos bilaterales, de la región de Oriente Medio y el futuro del acuerdo nuclear.
Johnson tiene previsto reunirse con el presidente iraní, Hasan Rohaní, el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, el presidente del Parlamento iraní, Alí Lariyaní, y otras autoridades de la República Islámica de Irán, informó la agencia oficial iraní de noticias, IRNA.
Entre los temas bilaterales destacan las relaciones bancarias y financieras ya que, incluso con el acuerdo nuclear logrado entre Irán y las seis grandes potencias mundiales, los bancos británicos no han entrado en relaciones económicas con Irán por el temor a las sanciones.
La gira de Johnson comenzó en Muscat, la capital de Omán, hoy llegó a Teherán y posteriormente tiene previsto viajar los Emiratos Árabes Unidos.
Las relaciones entre Reino Unido e Irán han estado jalonadas con múltiples desencuentros, el último en noviembre de 2011, cuando un grupo de estudiantes islámicos asaltó la embajada británica en Teherán y cerraron ambas legaciones.
En agosto de 2015 Irán y Reino Unido reabrieron sus embajadas poco después del histórico acuerdo con las potencias internacionales sobre su controvertido programa nuclear y con ocasión de la visita del ministro de Exteriores británico, Philip Hammond, a Teherán.