El fichaje estrella del club merengue ha tenido que volver a verse las caras con su ex novia, la modelo española Nereida Gallardo. Si hace un año la pareja acaparó gran parte de las portadas de todo el mundo gracias a su comentado romance en playas mallorquinas, la imagen que ha dado la ex pareja en su reencuentro este fin de semana ha sido bien diferente.
Tras un año rentabilizando su romance con varias portadas dejando poco lugar a la imaginación, Nereida ha intentado sacar provecho también esta vez de su noviazgo con el portugués. La modelo hizo lo imposible para que las cámaras captaran un reencuentro de los dos, pero Ronaldo optó por ignorar completamente a su ex e incluso pidió que intervinieran sus guardaespaldas, con el fin de que ella no se acercara.
La mallorquina, que se dejó tatuar en la muñeca las iniciales de Ronaldo durante el tiempo que estuvieron juntos, intentó abrirse paso entre la multitud gritando: "¡Es mi ex novio!", pero ni aún así los guardaespaldas dejaron que se acercara.
Cristiano acabó harto de su ex y declaró en varias ocasiones no querer volver a verla ni en pintura. Sin embargo, por cosas del destino, la pareja se encontró el pasado fin de semana a la salida de una discoteca de Palma de Mallorca, isla a la que se había trasladado el futbolista para descansar unos días.
Y es que Cristiano, que nos tenía muy acostumbrados a sus continuas salidas nocturnas, se ha relajado bastante y se está dedicando por completo al motivo que le ha traído a la capital española: marcar goles en el club que le ha fichado para las siguientes seis temporadas, el Real Madrid.
Teniendo en cuenta este gesto tan feo del futbolista intentando esquivar a su ex delante de todo el mundo, está claro que, donde hubo fuego, no siempre tienen que quedar cenizas.
