El sector olivarero de la provincia ha vuelto a activar las alarmas después de que el Ministerio de Agricultura haya confirmado el primer caso de un olivo afectado por ‘Xylella Fastidiosa’ en la Península Ibérica, en concreto en una finca al sur de Madrid. Hasta ahora, tan sólo se habían detectado otros casos en almendros en el Levante español, pero no en olivos.
Con todo, el secretario de COAG-Jaén y responsable de olivar de COAG Andalucía, Juan Luis Ávila, hizo ayer una llamada a la calma, porque la detección implica que los controles funcionan, pero ha pedido que se reorienten las actuaciones hacia la erradicación de los vectores que la transmiten. “La bacteria no para de extenderse. Los protocolos basados en eliminar grandes superficies de cultivo no están siendo efectivos. Creo que la lucha contra la enfermedad tiene que ir más dirigida a los vectores que a los árboles afectados”, manifestó Ávila, que abogó por buscar estrategias que permitan controlar las poblaciones de estos insectos, utilizando todas las herramientas disponibles. “No se le pueden poner puertas al campo. La enfermedad, desgraciadamente, antes o después, va a llegar. Mientras, hay que seguir vigilando, controlando. Pero la bacteria se extiende y los protocolos de erradicación actuales no funcionan”, dijo.
Desde UPA Madrid se pidió “coordinación entre las Administraciones y la cooperación de todos los agricultores ante esta crisis sin precedentes para las especies de cultivos leñosos”. Y es que, UPA señaló que esta preocupación se extiende más allá de los olivareros debido a que esta bacteria supone “una amenaza mortal para las especies de cultivos leñosos”.
