El portavoz del servicio de bomberos, Gianis Kapakis, solicitó ayer a la población de Gramatikos y Varnavas, en el este de la región capitalina de Ática, que abandonase sus viviendas como medida de precaución debido a que las llamas amenazan residencias cercanas.
Los bomberos han confirmado a la agencia de noticias Efe que hay viviendas calcinadas por el “gran incendio” que, azuzado por las fuertes ráfagas de viento de hasta 60 kilómetros por hora, avanza en un frente de unos siete kilómetros.
Ante la gravedad de la situación, Protección Civil declaró la prefectura de Ática en estado de emergencia.
Ambas localidades suman una población estimada en unas 3.500 personas, aunque en periodos estivales la cifra de residentes es superior por la afluencia de veraneantes.
“La situación es muy grave, vemos como avanzan las llamas”, declaró un testigo del incendio en Gramatikos a la emisora de radio Skai.
“Ruego que vengan rápido. ¡Se está quemando mi propiedad y nadie hace nada!”, solicitaba a los bomberos otro vecino de Varnavas en una radio ateniense.
El Ejército procedió a trasladar material militar inflamable que tenía almacenado en las cercanías de Varnavas a un lugar más seguro, informaron fuentes del Ministerio de Defensa.
Más de un centenar de bomberos dotados con 35 vehículos, nueve aviones y cinco helicópteros combaten el fuego que desde última hora de anteanoche se declaró en la localidad boscosa de Gramatikos, a unos 50 kilómetros de Atenas.
Otros tres frentes de incendios continúan ardiendo por tercer día en la isla Zante, en el mar Jónico.
En las últimas 24 horas se declararon más de cien incendios forestales en el país, que han consumido en los últimos dos días más de 2.000 hectáreas de bosques, lo que eleva la extensión calcinada desde inicios de julio a unas 10.000 hectáreas.