Pasan los meses, se acercan las próximas elecciones municipales y el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, sigue sin sacar adelante el presupuesto de este año. Al menos logró aprobar uno en 2016, que a día de hoy está prorrogado y en manos de la justicia. Su intención de querer salir del plan de ajuste al que se acogió el Consistorio en 2014, con Pedro Rodríguez con el bastón de mando, en los tiempos de crisis económica, no estuvo exenta de polémica. El caso llegó al Consejo Consultivo, y aunque en su último dictamen, de 21 de marzo de este año, abre la vía a revocar la adhesión al plan de rescate, también deja muy claro que la última palabra la tiene el Gobierno, pues “el Ayuntamiento carece de competencia para revisar de oficio un acto ministerial”.
Desde hace unas semanas, desde el grupo municipal socialista aseguran que los presupuestos para 2018 estarán listos de forma inminente y que negocian con el Ministerio de Hacienda la salida del plan de ajuste. Sin embargo, pasa el tiempo y sigue sin llegar ese momento. Y ya es el primer lunes de junio. Hasta ahora lo que ha estado haciendo la edil socialista María Villadeamigo, responsable del área de Economía y Hacienda del Ayuntamiento, es ir aprobando modificaciones presupuestarias para dar salida a necesidades básicas para los onubenses y para contentar al recreativismo con el pago de casi diez millones de euros para solventar deudas ineludibles del club decano del fútbol español.
Esta situación en la que se encuentra el Ayuntamiento onubense, que cuenta con unas cuentas prorrogadas desde 2016, genera una enorme “incertidumbre” en la oposición municipal. Partido Popular, Izquierda Unida, Mesa de la Ría, Participa Huelva y hasta el concejal no adscrito Ruperto Gallardo coinciden en que es un “despropósito” no tener aprobado el presupuesto de este año cuando ya se van acercando los meses de verano. “Huelva necesita un presupuesto real, legal y que dé cobertura a las necesidades reales de los onubenses”, ya que “una ciudad sin presupuesto es una ciudad sin futuro”, asegura a Viva Huelva el concejal del PP Saúl Fernández.
“Gabriel Cruz sólo ha aprobado un presupuesto en tres años de mandato y en contra de la ley, como ya le advirtió el interventor municipal”, dice el edil popular, quien añade que “esta irresponsabilidad del alcalde no sólo nos coloca en la ilegalidad económica a este Ayuntamiento, sino que está contribuyendo a generar mucha incertidumbre al situarnos en un auténtico limbo económico”. Desde el grupo popular consideran que el PSOE en materia económica es “muy incompetente” y califican esa incompetencia como la “mayor” desde el inicio de la democracia, “todo un récord”.
El malestar en los grupos de la oposición por no existir aún presupuestos es evidente. El presidente de Izquierda Unida en Huelva, Pedro Jiménez, cree que las nuevas cuentas “no van a tener ninguna participación de los grupos porque no dan participación” y teme que “no se van a elaborar desde la perspectiva de género”.
Rafael Gavilán, portavoz de Mesa de la Ría, considera que este tema de los presupuestos es “otra muestra de incapacidad del gobierno socialista”, por lo que “Huelva sigue sumida en un bloqueo social y económico cada vez más profundo”.
Además, Jesús Amador, portavoz de Participa Huelva, explica a este diario que no tener aún presupuestos “implica estar sin rumbo”, ya que “la parálisis municipal es evidente mientras que se van aprobando modificaciones presupuestarias, por lo que crece el malestar de los onubenses”. Y es que “la gente está esperando inversiones estructurales y sin unos presupuestos nuevos no es posible acometerlas”, dice Amador, que espera impaciente a que si algún día salen las cuentas municipales de 2018 “se haga efectivo el 1% que desde Participa se logró arrancar al PSOE para unas necesarias ayudas al alquiler y vivienda social”. Desde Participa creen que los socialistas están “encargados únicamente en gestionar un club de fútbol”.
Por último, el concejal no adscrito Ruperto Gallardo confía en que “antes de verano esté finiquitado” el nuevo presupuesto, pero recalca el “despropósito” que es no tener esas cuentas listas a día de hoy.