Alfonso Sánchez y Alberto López atendieron a Viva a pocos días del estreno de su última creación, El Mundo es Suyo.
Del crowfunding, en El Mundo es Nuestro, a Warner y Atresmedia en El Mundo es Suyo. ¿Es como pasar de un vespino a un Ferrari?
–Totalmente (risas), una pasada. Ha sido un disfrute, aunque no hemos querido dejar la forma artesanal de trabajar. Por lo que podría decirse que hemos pasado de un vespino, preparado, a un Ferrari, pero vintage. Que le suene el motor, nada de automático y que lo conducimos nosotros. Ahí Warner y Atresmedia se han portado muy bien porque nos han respetado esa forma de trabajar. Nos han dado mucha libertad creativa, por lo que la esencia ha sido la misma.
El presupuesto ha subido a 2,5 millones. ¿Cómo afecta esto a la hora del rodaje y la producción?
–Afecta en el sentido de que tienes muchos medios técnicos, comodidades que con un presupuesto más bajo no hubiéramos tenido. Afecta en sufrimiento, nervios, crispación… pero cuando de verdad estás rodando y suena una claqueta, no te acuerdas si tienes más o menos presupuesto. Evidentemente se gana en tranquilidad y calidad del resultado final.
¿Cómo fue la experiencia de rodar en las Tres Mil Viviendas?
–Un acontecimiento vital, porque suponía un reto para todos. Era quitarte miedos y prejuicios, y apostar. Luego te das cuenta que no es tan fiero el lobo como lo pintan. La gente se ha portado maravillosamente. Son seres humanos como los demás y te diría que hasta más educados que muchos de otros lugares. Hemos notado un gran respeto hacia el rodaje y no han entorpecido para nada, al contrario. Decíamos ¡silencio, se rueda! y todo el mundo permanecía en un silencio sepulcral. Ha sido una gran experiencia, porque para ese tipo de barrios un acontecimiento así es una fiesta e intentan ser respetuosos. Ten en cuenta que para ellos éramos el Culebra y el Cabesa, aunque se extrañaban y nos preguntaban qué hacíamos disfrazados.
¿Qué criterios habéis seguido para elegir la música que compone la banda sonora? ¿Quiénes la han compuesto?
–Intentar ilustrar todos los mundos que hay dentro de la película. Es una road movie y la banda sonora tiene que ilustrar esos mundos por los que camina la película. La música tiene que ver con cada situación, entra dentro de mi cultura musical y, sobre todo, que tuviera mucha calidad. Hay canciones de Calamaro, que es como el compadre argentino; Pájaro, que repite con respecto a El Mundo es Nuestro; Pepe Begines, Beret, Los Amaya, Los Cali, Los Chichos, Las Janes y alguno se me olvida seguro. Está presente en una escena muy importante en la película, que nos parece genial, Javier García-Pelayo. En definitiva, es una banda sonora espectacular, sólo de temas españoles, para ponérsela en el coche y viajar escuchándola.
¿Sevilla fue la New York del siglo XVI?
–No lo decimos nosotros, es una auténtica realidad. Hemos estado allí hace poco y cuando la gente te cuenta cómo se construyó y se forjó esa ciudad, encuentras paralelismos indiscutibles con Sevilla, que era la capital del mundo en el siglo XVI.
¿Qué mensaje le enviáis a los andaluces para que vayan a ver El Mundo es Suyo?
–Que no sientan prejuicios, que se sientan orgullosos de lo que son y que fomenten el espíritu crítico. Que vayan a ver la peli con una mirada crítica.