La anual procesión de la Virgen del Carmen ha revestido en esta ocasión caracteres extraordinarios al permitir el inédito encuentro entre la Reina del Carmelo y Santa María de la Merced, dos de las devociones marianas de mayor arraigo en la ciudad. La presencia de la Virgen del Carmen en la basílica de la patrona se hizo coincidir con el 800 aniversario de la fundación de la orden mercedaria, una efeméride que viene siendo realzada en estos últimos meses con actos de todo tipo.
La Hermandad del Carmen no quiso pasar por alto la oportunidad de hacerse presente en la basílica mercedaria, prolongando su presencia en la calle más allá de lo que es habitual en la tarde noche del 16 de julio. La procesión partió de la basílica del Carmen pasadas las siete de la tarde, para continuar por Sedería, Plateros, Tornería, Rafael Rivero y Puerta de Sevilla. Una vez allí, el cortejo inició una histórica subida por la calle Porvera para hacerse presente en la iglesia de la Victoria y continuar posteriormente por Ancha, Santiago y calle Merced.
El tramo final de esta calle había sido engalanado por los jóvenes de la Hermandad del Transporte, que confeccionaron una alfombra de sal para saludar la presencia de la Virgen del Carmen. No se tiene constancia de que la Reina del Carmelo se hubiera hecho presente con anterioridad en el interior de la basílica de la patrona, de ahí que lo ocurrido sobre las nueve y media de la noche de este lunes resultara histórico y quizá irrepetible.
Quiso la casualidad que la Virgen del Carmen pasara ante el que fuera domicilio particular de uno de sus más ilustres devotos, Germán Álvarez Beigbeder, de cuyo fallecimiento se están cumpliendo ahora 50 años. La Banda de Tejera -que ayer regresaba a la procesión- no pasó por alto la oportunidad de interpretar la marcha Reina del Carmelo, del recordado músico jerezano. Regresó la Banda de Tejera y se estrenó en el martillo Raúl Vázquez a pesar de que estaba previsto que también volviera Miguel Ángel Jaén, que no pudo cumplir el encargo de la junta por motivos laborales.
Tras el encuentro con la patrona, la imagen regresó a su templo por la calle Merced, para salir a Santiago y desde allí buscar la collación de San Juan, continuando por Francos, Compañía, Padre Rego y Rafael Rivero, plaza desde la que buscó Tornería y la entrada definitiva en la basílica.
Fue sin duda una jornada para el recuerdo de quienes comparten devoción a la Virgen de la Merced y a la Reina del Carmelo. Fue también la tarde noche de 16 de julio de temperatura más agradable de los últimos años. Tanto que por la calle Merced pareció septiembre...