Desde que los británicos eligieran el pasado 24 de junio de 2016 que el Reino Unido abandonara el marco europeo actual, la política, la economía y la sociedad del Campo de Gibraltar en su conjunto ha girado en torno a una palabra, Brexit. Este abandono británico del marco europeo dejó desconcertados a los campogibraltareños y a los gibraltareños, quienes comparten intereses y una forma de vida que el Brexit podía poner en peligro. Gibraltar no tuvo más remedio que aceptar el exit ante el remain por más que en el Peñón se votara de forma abrumadora por la continuidad. Al norte de la Verja, La Línea, la comarca y los trabajadores en Gibraltar entraron en un periodo de incertidumbre que ha durado -y dura- hasta el día de hoy.
Tanto la Unión Europea, el Reino Unido, España y Gibraltar, han mantenido unas negociaciones en las que se jugaba el futuro y el bienestar del Campo de Gibraltar, ya que se cifran en más de 10.000 los trabajadores transfronterizos los que cruzan a diario la Verja para trabajar, concretamente, según el censo del Gobierno de Gibraltar, 8.000 son de nacionalidad española.
Tras el cambio de Gobierno Central, con Pedro Sánchez como presidente de España, ha sido el PSOE el que tuvo que negociar el marco de los acuerdos que afectarán al Peñón. Este cambio de gobierno, desde la perspectiva de los trabajadores transfronterizos fue positivo, ya que se defendería la fluidez en la Verja, lo que conlleva al apoyo también de los comerciantes linenses, ya que uno de los pilares de la economía de La Línea son los trabajadores transfronterizos y los gibraltareños.
El acuerdo
El texto sobre el acuerdo entre el Reino Unido y la UE respecto a Gibraltar confirmó que se estrecharán lazos de colaboración administrativas en distintas materias. Así, el documento versa que es necesario garantizar una retirada “ordenada” de la UE en relación con Gibraltar, en la cual cualquier posible efecto negativo en las estrechas relaciones sociales y económicas entre Gibraltar y la zona, en particular en los municipios que conforman la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, se aborde adecuadamente. También se reconoce en el escrito el objetivo de continuar promoviendo un desarrollo económico y social equilibrado de la zona, en particular en términos de las condiciones laborales, y continuar garantizando los niveles más altos de protección ambiental de conformidad con la legislación europea, así como continuar fortaleciendo la seguridad de los habitantes, concretamente mediante la cooperación en materia policial y aduanera.
En cuanto a los trabajadores transfronterizos, se indica que España y el Reino Unido con respecto a Gibraltar cooperarán estrechamente con el fin de preparar y respaldar la aplicación efectiva de la Parte Dos del Acuerdo de Retirada de los derechos de los ciudadanos, que se aplica plenamente, entre otros, a los trabajadores fronterizos. Al respecto, las autoridades competentes intercambiarán información actualizada trimestralmente sobre las personas cubiertas por la parte dos del Acuerdo de Retirada que residan en Gibraltar o en el Campo de Gibraltar, incluidos los trabajadores fronterizos.
Además, España y el Reino Unido establecerán un comité de coordinación como foro de discusión regular entre las autoridades competentes para supervisar los asuntos relacionados con el empleo y las condiciones laborales. Dicho comité coordinador informará al Comité sobre temas relacionados con la implementación del Protocolo sobre Gibraltar establecido por el artículo 165 del Acuerdo de Retiro de manera regular.
La opinión de ASCTEG y trabajadores en Gibraltar
El portavoz de la Asociación Socio-Cultural de Trabajadores en Gibraltar (ASCTEG), Juan José Uceda, confía en que el acuerdo vele por los derechos de los trabajadores transfronterizos y de los ciudadanos, aunque teme que la entrada del partido Vox en la política nacional eche por tierra los avances conseguidos por el gobierno del PSOE.
Alfredo Valencia, trabajador en el Peñón, ve positivo que el Gobierno central trate la frontera “con humanidad” y celebra que se llega a acuerdos respecto a la fluidez de la frontera; sin embargo, echa en falta una oficina del Estado en el que los trabajadores transfronterizos vayan a resolver sus dudas en cuanto a sanidad, fiscalidad o laboral.
Miguel Valencia, empleado también en Gibraltar, considera que el acuerdo, en líneas generales “están bien” ya que en el periodo de transición de dos años se aseguran los mismos derechos y que la frontera tenga fluidez y asegura que ahora trabajan con “más tranquilidad”. Igualmente, pide que los pactos se ratifiquen para que no se modifiquen.
El comercio, más tranquilo
El responsable de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de La Línea (APYMELL), Lorenzo Pérez Periáñez, valora que mientras se lleguen a este tipo de acuerdo, desde el colectivo estarán “felices”, aunque se pregunta que todavía no se conoce que tipo de documentación se pedirá en la frontera mientras se asegura el libre tránsito de la Verja.
El dueño de Zapatería Central, Antonio Pérez, opina que se respira pero con un poco de incertidumbre y valora que se hayan tenido en cuenta el derecho al libre tránsito para proteger a los clientes de los comercios. Expone que las pérdidas en cuanto a las ventas rondan del cinco al diez por ciento, debido también a la crisis.
Con décadas de experiencia como empresaria, Marisol Bueno lleva una boutique de señora que lleva su nombre. “No ha afectado drásticamente, aunque sí continúa la crisis desde el 2008, se ha notado un poco de todo”. Además, achaca que también afecte al comercio la imagen de los tráficos ilícitos y la falta de aparcamientos.
Confianza en que se respete el pacto y preocupación por Vox
Tras dos años de incertidumbre, la situación parece haberse sosegado. Los comerciantes linenses han tasado sus pérdidas del cinco al diez por ciento, además achacan a que todavía hay resquicios de la crisis económica que se inició en 2008, incluso, se muestran, algunos, más preocupados por la falta de aparcamientos cerca del centro de la ciudad para que los compradores se desplacen hasta sus locales.
Los trabajadores, que se muestran más desahogados en cuanto a la Verja, al no haber tensiones políticas que afectara a la fluidez en la frontera. Con el acuerdo, si finalmente se ratifica en el parlamento británico, los empleados en el Peñón podrán continuar con sus puestos de trabajo, aunque continuarán en sus reclamaciones en cuestiones como en la sanidad, laborales y fiscales. Ahora, la sombra de un partido como Vox, que defiende el cierre de la Verja y recuperar la soberanía en el Peñón, se coloca como la preocupación que antes protagonizaba el Brexit.