La mañana amanecía fría en Cádiz, pero los 7 grados de las horas más madrugadoras dejaban paso al calorcito bajo el sol del mediodía. El barrio de La Viña acogía este domingo -con los contrastes de temperatura incluidos- uno de los primeros actos del pre-carnaval gaditano, la vigesimonovena edición de la Erizada Popular.
El ‘mono’ de Carnaval se respiraba por las calles del barrio entre todos los asistentes que se arremolinaron en torno al tablao ubicado en la calle de la Palma. Los peñistas comenzaron con la rutina temprano, como cada año. Barras dispuestas, megafonía conectada, la cerveza y la manzanilla bien frías y los casi 500 kilos de erizo esperando el pistoletazo de salida al Carnaval 2019.
Aunque no sólo de erizos viven los carnavaleros y carnavaleras. Desde el mercado de abastos hasta el barrio podía comprarse a pie de calle todo tipo de productos de la mar gaditana. Ostiones, camarones, mojama, cañaillas o burgaillos. Algo muy típico y habitual a nuestros ojos, pero no tanto para el foráneo que degustaba sus cartoncitos mientras recorría el barrio haciéndose selfies.
Y es que La Viña se llenó de alegría y de gente procedente de todas partes. El carnaval ha ido creciendo y ganando adeptos por todo el territorio español en los últimos años, y no sólo crece el concurso, sino que cada vez son más los forasteros que vienen buscando la esencia de la calle. Y esa, precisamente, comenzaba este fin de semana con la celebración de la Pestiñada y la Erizada Popular.
Las cajas de erizos se apilaban hacia el cielo en la calle Cristo de Misericordia mientras las coplillas comenzaban a sonar desde la esquina en la calle de la Palma. La antología de ‘Los Cleriguillos’ fue una de las primeras en comenzar a amenizar la jornada, sobre la una de la tarde. La fila de personas que aguardaba ansiosa su plato de erizos se extendía hasta la calle Pericón. Un ambiente familiar y relajado que se alargó hasta la tarde.
Por el escenario pasaron el coro juvenil de La Salle Viña, las antologías ‘Los cleriguillos’, ‘La tropa del 3X4’ y la de la chirigota de Juan Manuel Braza Benítez ‘El Sheriff’, así como la chirigota ‘Tirando del carro’. El broche de oro lo puso la chirigota de Cascana ‘Un pasito a la izquierda y otro pasito a la derecha’, que se estrenaba en su barrio. Fueron los encargados de cerrar la ‘sesión' y lo hicieron con el final del popurrí de 'Los quince en la piera', la chirigota con la que consiguieran un cuarto premio en el COAC de 2003.
Este año por primera vez, gracias al Ayuntamiento de Cádiz, el escenario contaba con la accesibilidad necesaria para todos los componentes de esta agrupación. De esta forma, Miguel Ángel Suelo, más conocido en Cádiz como Willy, se mostraba contento por este logro conseguido después de tanto tiempo de reivindicación para poder subir a los tablaos a cantar con su silla de ruedas. La agrupación ya dejó claro el pasado concurso que el Carnaval puede tener peajes, pero no barreras.
Las púas de los erizos se extendieron por todos los aledaños del barrio viñero, desde el Corralón hasta San Félix. También lo hicieron los vasos, siempre llenos. La fiesta siempre estuvo regada por el buen beber. Los bares, como no podía ser de otra forma, también rebosaban. Largas colas en las barras para pedir una ración de tortillitas de camarones, menudo o de ortiguillas. La peña El Erizo se quedó sin género que repartir sobre las 15.20 horas, y evidentemente, aún quedaban ganas de más por parte del público.
Sobre las 17.05 finalizaban las actuaciones en el tablao de la Palma, con el cierre de la chirigota de Juanlu Cascana como se ha referido anteriormente. Los bares comenzaban entonces a recoger sus terrazas, aunque los asistentes no mostraban mucho interés por marcharse aún a casa. El sol ya comenzaba a esconderse y a dejar de calentar, por lo que regresaba el frío de estos días invernales.
La plaza de la Reina continuaba repleta de jóvenes que alargaron la fiesta durante unas horas más. Hasta quedarse sin alcohol o en su defecto sin hielo. Es bien sabido que el botellón termina cuando se acaba el hielo. A pesar de la gran afluencia de público la XXIX Erizada Popular transcurrió con tranquilidad y sin incidencias, según fuentes policiales.
Los actos gastronómicos continuarán el siguiente fin de semana, con la celebración el domingo 20 de enero de la Ostionada y la Mejillonada. El primero de ellos está organizado por la Peña el Molino y se remonta a 1986. Ésta será la última ostionada que organice la peña antes de ceder la organización al Aula de Cultura del Carnaval a partir de 2020.
Una despedida a lo grande de la histórica peña, que dedicará su ostionada a la memoria de uno de sus socios fundadores y el primer presidente de la entidad, Paco Boza, fallecido el pasado mes de septiembre. Los socios de esta peña repartirán el próximo domingo unos 1.000 kilos de ostiones, 300 kilos de pimientos asados de la empresa la Huerta del Camino, 2.500 litros de cerveza Cruzcampo y 1.000 litros de manzanilla Soleá. Actuarán el coro de Luis Rivero, que este año no participa en el COAC, los coros juveniles, y varios grupos de antologías.
Por su parte, la décimo quinta edición de la Mejillonada tendrá lugar en la Peña Flamenca La Perla de Cádiz a partir de las 13.00 horas, y contará con las actuaciones de las antologías 'Febrerillo Loco', ‘Los cleriguillos’ y ‘La tropa del 3x4’. Después de esto quedará todo listo para que las primeras coplas vuelvan a sonar en el Gran Teatro Falla a partir del día 26.