Con 25 años ya lleva seis carnavales dirigiendo al ‘Coro de los Estudiantes’, estando las dos últimas ediciones en la gran final. Es consciente de que el coro ya está entre los aspirantes a lo máximo, y lo tiene más que asumido. Sus inicios en el carnaval eran tocando laúd y bandurria, que confiesa que le encanta. Le gustan los retos, y además le motiva.
Nuestro coro busca gustar al público, y creo que lo estamos logrando en estos últimos años—¿Cuál es tu trayectoria en esto de carnaval?
—Empecé en el año 2006, en mi colegio La Salle Mirandilla, pidieron gente para un coro juvenil. Mi amiga Patri Plaza, tocando la bandurria, me animó para salir en la orquesta. Mi primer coro fue ‘Rógura Quiberba’, en categoría junior. En 2012 ya hice doblete en juveniles y adultos, ya en nuestro coro de ‘Los Estudiantes’. Desde 2014 en ‘Los Bacanales’, fue mi primer año de directora.
—¿De quién te viene la afición al carnaval?
—Desde muy pequeña he vivido el carnaval, por mi familia. Mi madre salió muchos años en el coro de Charo Quintero, y mi padre conocía a mucha gente del mundillo de esto del carnaval.
—¿Cómo llevas eso de ser directora de tus propias amigas?
—Ahora perfectamente y cuando me toca ponerme seria rápidamente logro controlarlos (ríe), pero al principio era más complejo. Hay que distinguir los momentos y al final disfrutamos. Ya llevamos una dinámica y nos entendemos a la perfección.
—Pero la organización se reparte ¿no? ¿quiénes la formáis?
—Somos un gran equipo de trabajo; además de los autores, Rubén y Antonio, hay mucha gente implicada en todo esto. Carmen dirige la orquesta, Andrés Raffo es como otro director más, Desireé diseña los tipos, y Mario Mangano, Juan Ovando y Carlos Frontado hacen muchísima labor de ayuda al coro, en muchos aspectos.
—¿Te gusta ser la directora?
—Hay días y días. Si no tuviese esta responsabilidad estaría más liberada, pero en general me gusta este papel.
—Si dejaras de serlo ¿cantarías o irías en la orquesta ?
—Tengo clarísimo que iría con bandurria o laúd con mis compañeros de orquesta. Fue mi manera de entrar en esto del carnaval y me apasiona.
—Repasando los últimos años del coro, ¿esperabáis el éxito de ‘La Reina de la Noche’?
—En parte un poco sí. Sabíamos desde el principio que iba a impactar. En los años anteriores habíamos estado en Cuartos de Final, y ese año el “objetivo” era semifinales, pero llegó esta gran alegría para todos. Tal vez sería porque ese año hicimos un ensayo general.
—¿Qué piensas de quienes dicen que sois un musical?
—(Sonríe) No me lo tomo como una crítica negativa, al contrario, lo acepto y hasta me gusta. Nuestro coro busca gustar al público, y creo que lo estamos logrando en estos últimos años. En la presentación y el popurrí se puede entretener de otra manera, haciendo carnaval.
—¿Contenta por la actuación de este año con ‘La Nueva Era’?
—Bastante satisfecha en líneas generales. He leído las opiniones, comentarios y puntuaciones no oficiales y estoy muy animada para lo que queda de concurso
—Si este año, en la noche del 27 de febrero, no pasáis a la Gran Final, ¿sería un palo?
—Realmente, para mí sería un “babuchazo”. Nos quedaríamos con una espinita. Seguramente se nos pasaría rápido porque sabemo que en la calle lo pasaremos bien. Nuestra idea está hecha para echar en la calle buenos ratos. Los estribillos que llevamos están pensados para interactuar en la calle.
—¿Algún recuerdo especial de otros años en la calle?
—Sin duda el año 2015 con el coro ‘Los Ilegales’. Fue espectacular. A la gente le encantó y disfrutamos muchísimo. Frente al edificio de correos formamos un jaleo bueno, con cantidad de gente.
—¿Vas al Falla como público?
—Me gustaría, pero no tengo tiempo ni de ir ni de conseguir entrada. Eso sí, a la cantera siempre voy a verla. Ha sido un acierto enorme poner en cuartos y semifinales de adultos a cantar a los ganadores infantiles y juveniles. Los chavales disfrutan muchísimo y en muchos casos tienen una calidad enorme.
—¿Volverá vuestro coro juvenil de ‘Los Estudiantes’?
—Nos encantaría. No olvidamos que es nuestro origen. Lo complicado es encontrar chavales para la orquesta. Muchos grupos de adultos los “fichan” cuando aún no son mayores de edad, y eso lo complica todo aún más, pero aún así tenemos una intención seria de volver, después de tres años fuera.
—¿Qué te está pareciendo el COAC actual en cuanto a organización, duración, calidad...?
—La verdad es que a día de hoy, hay que darle una vuelta. Necesita una reflexión profunda y modificar bastantes detalles. Sentarse a hablar y a tratar de mejorar cosas en muchos aspectos, sobre todo lo que es la estructura general del concurso. También hay aspectos del reglamento que están todavía muy anticuados y deberían revisarse.