Potencia de voces en este grupo. A veces demasiada. “Qué Dios te salve, María”. Arrancaba así el primer pasodoble, con un Rosario en las manos del que colgaba el símbolo feminista. “Va siendo hora de que te salves tú sola, porque este mundo te miente y no quiere salvarte”.
Crítica a los empresarios en el segundo pasodoble a partir de la muerte de los dos trabajadores de la industria naval en Astilleros. Dicen en el primer cuplé que pagarán la denuncia de José Blas Fernández con el dinero de la freidora. El segundo en modo Juan Palomez. Sin publi.