La Fiscalía Provincial de Sevilla solicita diez años de prisión para un varón, que responde a las iniciales de S.M.G., por presuntamente detener de forma ilegal la noche del 21 de septiembre de 2018 a la que entonces era su pareja durante unas horas en el domicilio de ambos en Dos Hermanas, cuando también se produjeron amenazas graves y lesiones contra la mujer, embarazada del acusado, quien tenía una orden de incomunicación por una condena anterior con respecto a ella.
S.M.G. ha sido juzgado por estos hechos este miércoles en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla, quedando el juicio visto para sentencia. Tras la celebración de la vista oral, en la que el encausado ha negado todos los hechos por los que se le acusa, la Fiscalía ha rebajado en seis meses su solicitud de pena. En concreto, pide un año de prisión por un delito de amenazas leves, otro por lesiones leves, dos años por un delito de amenazas graves y seis por detención ilegal.
No obstante, en su conclusiones, la representante del Ministerio Público ha planteado como alternativa, al delito de detención ilegal, un delito de coacciones con la agravante de parentesco y reincidencia, por el que pide tres años y seis meses. Por su parte, la acusación particular, solicita más de siete años de prisión para el acusado, mientras la defensa la libre absolución.
El acusado ha negado todos los hechos por los que se le juzga ocurridos en la madrugada del 21 de septiembre, esto es, las lesiones por golpes a la víctima, las amenazas y la detención ilegal, así como los insultos y amenazas a la Policía Nacional, a la que la defensa y su cliente acusan de haber pegado durante la detención
S.M.G. fue condenado con anterioridad a estos hechos por un delito de amenazas contra la joven y se le impuso una orden de incomunicación, de la que eran consciente ambos. Si bien, ella, tras una pelea con sus padres, volvió por voluntad propia a convivir con él, de quien esperaba una hija.
La joven ha relatado que la noche del 20 al 21 de septiembre, tras mantener durante todo el día una "discusión" por WhatsApp con amenazas e insultos de ella --según la defensa--, el varón llegó antes de las 23,00 horas a la casa común, que ella había cerrado por dentro porque sabía que él "traía una actitud violenta". Entonces el acusado llamó al 112 para trasladar esta situación.
Unos diez minutos más tarde, ella abrió la puerta y consciente del estado de su pareja, puso el móvil a grabar. Las grabaciones se han escuchado en la fase documental del juicio y en ellas se oyen insultos y amenazas y a la joven lamentarse de lo que se intuyen unos golpes. El acusado ha asegurado que las grabaciones son correspondientes a los anteriores episodios de amenazas, ya juzgadas.
"ME PEGÓ DOS PUÑETAZOS"
"Me pegó dos puñetazos, me insultó y amenazó de muerte. Me lanzó un escupitajo y un zapato, mientras yo estaba inmóvil en el sofá", ha afirmado.
Entonces ella se fue de la casa sin llaves, volviendo después, sobre las 23,15 horas, para recuperar sus llaves y sus medicinas con la idea de recuperar todas sus cosas al día siguiente cuando ya él no estuviera. "Él cierra con llaves la puerta y le dice que no va a salir de allí porque lo va a denunciar", mientras ella le dice varias veces que se quería ir.
A continuación se presentaron agentes de la Policía Nacional alertados tras la llamada de "un hombre con problemas con su mujer" al 112, según han declarado los agentes. Pero no le abrieron la puerta, además recibieron "insultos" del acusado, han añadido. Después se marcharon.
Como consecuencia de la presencia policial, la víctima ha recordado que el varón "empezó a encenderse" porque pensaba que la joven había llamado a la Policía Nacional, que a continuación llamó al móvil de la joven varias veces, respondiendo finalmente el acusado. Éste les dijo que ella estaba durmiendo.
"Temí por mi vida" durante las continuas amenazas, una incluso con un cuchillo, que sucedieron y que ha relatado la denunciante, así como "dos guantazos en la cara". En este momento, él se va a dormir a su dormitorio y ella a otro con su móvil, desde donde empezó a pedir ayuda a una amiga por WhatsApp, lo que de nuevo provocó la presencia de la Policía Nacional en la vivienda junto a esta amiga. Además, ella en estos momentos envió varios mensajes a su pareja para "cerciorarse" que no estaba despierto.
La joven, que recordó que tenía una llave de la puerta guardada y se hizo con ella, abrió a los agentes cuando ya estaban en la puerta y salió de piso "nerviosa, con ansiedad y miedo". Mientras cuatro o cinco policías entraron a detener al varón, que se encontraba durmiendo en su cuarto. "Presentó mucha resistencia" y tuvo que ser maniatado de pies y manos. Salió del piso "con sangre y desnudo, sólo tapado con una sábana", según ha lamentado el abogado de la defensa en su informe.
En el juicio también ha declarado la amiga que recibió los mensajes alertando de la situación y los agentes actuantes, que han coincidido en señalar haber recibido insultos y amenazas del detenido esa noche y en prisión preventiva desde entonces, donde ha recibido cartas de la joven con una foto de la hija en común.
En el informe final, la Fiscalía ha considerado que está "absolutamente acreditada" con un parte de asistencia las lesiones en el brazo por los puñetazos, que el acusado achaca a dos caídas en días previos.
"TODO EL MUNDO MIENTE MENOS ÉL"
Para la fiscal y la acusación el relato de la víctima es "coherente, sin fisuras y no miente", pues mantiene la misma declaración desde el inicio. "Todo el mundo miente menos él", han coincidido en afirmar.
La representante del Ministerio Fiscal ha precisado que, a pesar de que la joven volvió voluntariamente con su pareja, no supone que se elimine la responsabilidad por quebrantar una medida cautelar. "Si el tribunal no entiende la situación de privación de libertad de la joven, al menos si concurren coacciones graves", ha planteado como alternativa.
"La balanza se inclina a favor del testimonio de la víctima", según la Fiscalía, que ha rechazado que la Sala estime la atenuante por consumo de hachís ese día, admitida por el acusado, pues no está probado.
Por su parte, la defensa, que ejerce el letrado José Manuel Martín Leal, ha pedido la libre absolución para su cliente, señalando que no existe "prueba objetiva" de las amenazas, ni más prueba de las lesiones que un parte de lesiones "leves". "No hay pruebas de que las grabaciones sean de ese día", ha añadido, apuntando que la víctima ha actuado con "premeditación", después de "insultar y amenazar" al acusado durante ese mismo día por WhatsApp.
De otro lado, ha rechazado la acusación de detención ilegal pues no puede existir "vigilancia y dominio" de S.M.G. sobre su pareja cuando él estaba "durmiendo".
Sobre el informe de evaluación de la Policía Nacional, realizado después de la detención, en el que se señala el riesgo extremo del acusado, ha asegurados los agentes "se cubrieron las espaldas después de la paliza que le dieron".
El acusado ha hecho uso de su derecho a la última palabra reiterando que las grabaciones escuchadas por la Sala no son del día de autos. Ha manifestado que lo único que quiere es irse a Madrid a trabajar para sacar adelante a sus dos hijos de una relación anterior. "Si he cometido un error es por tonto y dejar entrar en mi vida a una persona de la que tenía una medida cautelar", ha admitido.