Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en Málaga un grupo organizado dedicado a estafar a compañías aseguradoras simulando accidentes de tráfico.
En el transcurso del operativo han sido arrestadas cinco personas, dos hombres y tres mujeres, todos miembros de una misma familia, a las que se les imputa un delito de estafa, según ha informado la Policía a través de un comunicado.
Para conseguir su fin ilícito, los detenidos, que actuaban de forma organizada, utilizaron un vehículo particular y un autobús de línea. Así, para materializar el accidente los investigados subieron en una parada de autobuses al coche de línea al que, momentos después de iniciar la marcha, un vehículo obligó a frenar bruscamente lo que provocó que siete pasajeros, todos de la misma familia, alegaran lesiones derivadas del incidente.
INVESTIGACIÓN
Un escrito procedente del Grupo de Investigación de Accidentes y Atestados (GIAA) de la Policía Local de Málaga informaba a la Policía Nacional de la posible simulación de un accidente de tráfico en el que estaba implicado un autobús de la empresa municipal de transportes de la capital.
Los hechos se habían producido el pasado 22 de noviembre. Durante la instrucción del atestado, los agentes detectaron algunas irregularidades en el accidente.
Esta información constituyó el punto de inicio de la investigación del Grupo Primero de Delitos Económicos de la Policía Nacional por un supuesto delito de estafa que se ha saldado con el esclarecimiento de los hechos y la detención de cinco implicados.
Según las pesquisas, el accidente objeto de la investigación fue un fraude perfectamente orquestado en el que participaron varios miembros de una misma familia residente en la barriada de Los Asperones de Málaga. Los investigados actuaron de forma organizada con la intención de obtener un beneficio económico de la compañía aseguradora del autobús municipal implicado en el accidente, un vehículo particular y un autobús de línea.
Así, para materializar su plan, los arrestados acompañados de dos menores de edad, todos de la misma familia, subieron en una parada de autobuses al coche de línea.
Minutos después de iniciar la marcha, un vehículo, que circulaba por delante en la misma dirección, obligó a frenar bruscamente al autobús sin que se llegara a producir ninguna colisión. El incidente provocó que los siete pasajeros que acababan de subir cayeran al suelo, algunos hasta diez segundos después del percance.
Tras el incidente, presentaron partes médicos relativos a las lesiones que supuestamente habían sufrido con la finalidad de obtener de la aseguradora la correspondiente indemnización, unos 4.000 euros.
Según las indagaciones, la exageración de las caídas y la magnitud de las dolencias que presentaron las hipotéticas víctimas no se correspondían con la tipología del incidente.