Mario Salado, funcionario jerezano que lleva dos años destinado en Jordania, estuvo de vacaciones en Sri Lanka la semana del 22 al 31 de marzo. La cercanía a la ciudad donde reside por motivos de trabajo y las recomendaciones de varios amigos que viven allí hicieron que se decidiera por este destino y su estancia le dejó tan buen sabor de boca como para plantearse regresar algún día pese a la tragedia que vive la isla tras el atentado del pasado domingo. “Era la primera vez que visitaba el país. Había oído y leído que es un país exótico que empieza a estar de moda como destino turístico. Me pareció maravilloso, lleno de naturaleza y de contrastes, con buena gastronomía, gente muy respetuosa y amable. Sin duda volvería. Lo vi bastante seguro en relación a la delincuencia callejera”, relata a Viva Jerez. Lo que no sospechaba es que sólo 20 días después de marcharse una cadena de atentados se iba a llevar por delante la vida de casi 300 personas, entre ellos una pareja de jóvenes gallegos, e iba a dejar más de 500 heridos. Según detalla, se enteró del suceso la misma mañana que ocurrió y casi en directo a través de Twitter.
“Lo primero que hice fue escribir a unos amigos que viven en Colombo y que por suerte se encontraban en el sur del país. Son noticias que nos entristecen a todos, pero más aún al haberlo visitado tan recientemente y haber interactuado con su gente; es una pena, que después de haberse repuesto al desastre del tsunami de 2004, vuelva a estar de actualidad por una masacre de este tipo y que pueda frenar su crecimiento”, lamenta. Pese a la dimensión del suceso, que tuvo seis focos, tres iglesias y tres hoteles de lujo, Mario asegura que “en ningún momento” se le ha pasado por la cabeza pensar en lo que le hubiera ocurrido si el atentado le hubiera cogido allí. “Hoy en día este tipo de sucesos pueden ocurrir en cualquier parte del mundo, así que la verdad que no me paré a pensar demasiado en lo que me podría haber pasado”.
Eso sí, reconoce que en Jerez, su familia, que afortunadamente no tuvo razón alguna para preocuparse por él, en esta ocasión siguieron la noticia “con más interés” porque sabía que él había conocido el país unas semanas antes. Quienes sí lo están pasando mal son los amigos a los que fue a visitar, que han vivido este episodio “con bastante miedo y tristeza”. “Son hechos que aunque por desgracia en los últimos tiempos pasan demasiado a menudo, nunca te imaginas que los vas a vivir tan de cerca y que podrías haber sido uno de ellos”, señala el joven, que en una semana vuelve a España.
