“Insoportable” es como definen su día a día los 1.500 vecinos de la barriada de Colmenarejo. La asociación Don José Cañete ha denunciado los malos olores, procedentes del vertedero de Los Ruices, que están provocando en la población de la zona problemas respiratorios. Así como las grietas en varias casas, causadas por los trabajos de barrenado realizados por el depósito de basura.
“Aquí pagamos los mismos impuestos que pagan en otras barriadas de Málaga, al igual que todos los malagueños, y estamos percibiendo todos los olores de todos los malagueños”“La mayoría de la gente está con el Ventolin, están con asma, están fatal con problemas respiratorios y hay mucha gente que está enferma por estas cuestiones”, ha alertado el presidente de la asociación, José Ángel Moreno, añadiendo que se trata de un problema de “salud pública”.
Asimismo, ha descrito que “hay varias personas asmáticas, tienen que estar con mascarillas, no pueden abrir las ventanas de sus casas, no pueden salir a la calle y disfrutar del aire fresco de la noche, como disfrutan muchas personas en Málaga, no pueden salir a la calle porque lo que están respirando gases tóxicos, que no puedes estar un ratito en la calle”. A ello, la presidenta de la Asociación de Vecinos Evolución de Campanillas, Carmela Fernández, ha sumado que también “hay personas con problemas en los bronquios, niños con gastroenteritis cada dos por tres porque los olores se les meten en el cuerpo y lo están pasando mal”.
La situación de insalubridad tiene su origen en el olor que desprende el vertedero de Los Ruices, situado “en línea recta a unos 400 metros, está cerca, es que Colmenarejo está en la falda del vertedero”, ha indicado Moreno. “El olor que hay cuando corre el levante hacía acá es tremendo, es que no se puede vivir”, ha lamentado el presidente, matizando que el hedor es mayor “sobre todo por las noches, a la caída del sol, cuando empiezan los camiones a vaciar la basura en la zona es insoportable, de noche insoportable, el olor es tremendo”.
“En verano es mucho peor”, ha recordado Moreno, ya que “llevamos ya una pila de años sufriendo los malos olores y las bolsas volando por toda la barriada”, ha dicho. “Con lo del vertedero llevamos ya cinco años haciendo peticiones y he estado en el Ayuntamiento en varias ocasiones, eso ha quedado en acta, ellos lo saben y no han puesto ningún medio”, ha criticado.
“Aquí pagamos los mismos impuestos que pagan en otras barriadas de Málaga, al igual que todos los malagueños, y estamos percibiendo todos los olores de todos los malagueños”, ha sentenciado.
Asimismo, haciendo memoria, ha asegurado que “solamente pusieron una incineradora y eso fue hace unos cuatro años y medio, después no han hecho nada”, subrayando que “dijeron que iban a poner dos quemadores, que me lo comunicarían, pero de esto no se sabe nada”, ha reivindicado.
Del mismo modo, ha hecho hincapié en que “no tengo que hacer escrito ninguno, porque eso lo están produciendo ellos y son ellos los que me tienen que llamar a mí y a los vecinos”, haciendo referencia a las palabras del pasado viernes de Teresa Porras, concejala de Servicios Operativos, en las que invitaba a los vecinos de Colmenarejo a escribir una carta a Limasa solicitando una reunión para ser atendidos.
Grietas por la basura
El presidente ha explicado que “más o menos desde principios de diciembre han estado barrenando para ampliar un poquito más la zona donde está el vertedero y enterrar la basura”, unos trabajados que “han rajado las casas”. Moreno ha recordado que “barrenaban de noche y de día hacías unas explosiones grandes, que son las que han rajado las casas que están cerca de la falda de la cordillera del vertedero”. Ante estas críticas, Porras informó que los barrenos dejaron de emplearse en febrero.
A todas estas protestas se unen las bolsas de plástico que llegan desde Los Ruices a la barriada. “El día que corre levante en las playas de Málaga, como no tapan diariamente la basura, lo van tapando según van trayendo tierra, pues las bolsas pasan por lo alto de Colmenarejo”, llagando incluso al Parque Tecnológico de Andalucía, ha asegurado. “Esto es un sin vivir, aquí no se puede vivir”, ha concluido.
