Dicen que el viento que sople en la medianoche del 23 al 24 de junio será el que sople durante todo el verano. Ya se verá, pero soplaba poniente suave.
Era el final de la Feria de la Casería, la primera feria de La Isla y a las 23.45 comenzaron a arder los juenes y juanas que se habían colocado para la ocasión, entre ellos Belén Esteban y su marido. Ardieron todos mientras allá por la antigua Fábrica de San Carlos se dejaban ver los fuegos artificiales. Y cuando terminaron comenzaron los saltos de los más jóvenes -alguno con poco entrenamiento- y de los mayores y ahí también alguno que no se quería dar cuenta de que los años no pasan en balde y los kilos son una medida de peso. A punto de dar un disgusto el señor.
Asi hasta que se apagó el fuego, entre tanto salto o los que se conformaban con echar a las llamas sus deseos, de que cualquier forma vale. El fuego purificador, que dicen. El año que viene, más.