El Ayuntamiento de Torremolinos quiere evitar los excesos que causan las terrazas de bares y restaurantes en las calles de la localidad. Por ello, ha aprobado la reforma de la ordenanza reguladora de las ocupaciones de la vía pública, con instalaciones dedicadas a actividades comerciales en los espacios públicos del municipio.
La regulación, que ya ha entrado en vigor, se aplicará en todo el municipio, con especial atención en las zonas singulares, que son el centro, Cuesta del Tajo, Bajondillo y La Carihuela. Con la reforma realizada en la ordenanza, el equipo de gobierno pretende encontrar una solución equitativa para hacer compatible el desarrollo de actividades comerciales y de otro tipo en la vía pública con la convivencia ciudadana, además de preservar la estética y conservación de elementos en la vía pública y conseguir una mayor eficiencia energética de las edificaciones.
Para que el objetivo se cumpla, la concejala de Vía Pública, Maribel Baeza, ha solicitado a los comerciantes su buena voluntad en el cumplimiento de la ordenanza municipal y ha destacado cómo las ocupaciones de la vía pública realizan una importante actividad económica a la vez que muestran la imagen de Torremolinos como una ciudad abierta, vitalista y acogedora.
La modificación tiene en cuenta que el sector servicios es determinante para Torremolinos, pero tampoco debe ser un elemento que reste en cuanto al impacto visual o arquitectónico abusivo. Por tanto, un aspecto destacable será el de las instalaciones de publicidad exterior y actividades publicitarias en la vía púbica o visible desde ella.
Una modificación consensuada
La norma viene respaldada por parte de todos los sectores implicados en este ámbito. Así, ha colaborado el Comité Director de la Mesa del Comercio, y se llevó a cabo reunión con los grupos políticos y con los distintos comerciantes de las zonas referidas, así como asociaciones de comerciantes de la ciudad.
La normativa contempla la ocupación de la vía pública con mesas, sillas, sombrillas y otros elementos análogos, especifica el ancho mínimo de las aceras donde las instalaciones de éstas son autorizables y la instalación de toldos o sombrillas por parte establecimientos comerciales.
El objetivo final es encontrar el equilibrio para que estas actividades tan importantes para un lugar como Torremolinos no desmerezcan o degraden el entorno urbano y paisajístico.
