Javier Ojeda lanza El Vaivén de las olas, su trabajo más personal, donde recupera canciones de toda su trayectoria profesional, la mayoría regrabadas y r mezcladas, más un tema inédito y el clásico Sabor de Amor, grabado en directo en el estudio.
El líder de Danza Invisible se encuentra en plena forma y, lejos de encasillarse en el universo ochentero, continúa su evolución musical con su proyecto en solitario y compartiendo experiencias con otros músicos.
Javier Ojeda visitó Viva Sevilla.
¿Cuál es la estructura de esta aventura musical? ¿En qué consiste?
–El proyecto en sí es un recopilatorio, pero he intentado que sea inusual, que tenga suficiente reclamo para aquel que es muy fan mío y de Danza Invisible. Tiene un tema inédito, Licor de lila, doce canciones que están o remezcladas o regrabadas, más Sabor de amor, grabada en directo en el estudio.
Aunque sigue con su banda de toda la vida, Danza Invisible, y es requerido incesantemente para conciertos nostálgicos de los 80, nunca ha querido encasillarse. ¿Cuáles son las bases para la evolución de su carrera en solitario?
–Es cierto que vivo en gran parte de los conciertos que tienen que ver con los 80, algo que es normal porque fue mi época de más popularidad, entre 1986 y 1999; después vino una etapa con algunas dificultades, una especie de transición, aparecen programas como Operación Triunfo y la música se convierte en concurso. Yo lo que no he querido es estar siempre tocando el mismo repertorio, yo no soy así, y por eso me inventé una trayectoria en solitario, para sacar adelante todas esas cosas que sé que tengo. Poder tocar con otros músicos y utilizar otras facetas. Gracias a eso me mantengo totalmente en forma. En un año puedo tocar con cinco bandas diferentes y puedo tener hasta diez repertorios.
¿‘El Vaivén de las olas’ viene a cubrir un vacío en la carrera de Javier Ojeda?
–Sin duda, algunos de ellos son discos que pasaron injustamente desapercibidos, por el momento en el que se publicaron o por otras cuestiones.
¿Es su obra más personal hasta la fecha?
–Efectivamente, aunque me gustaría matizar algo que creo importante. Yo no hago distinciones, en general, entre Danza y Javier Ojeda. Es la misma cosa, aunque vaya con otros músicos, el alma del artista sigue ahí, aunque vaya con otra nomenclatura.
Ha vuelto a regrabar o remezclar muchos temas. ¿En qué ha cambiado el sonido de esas canciones?
–La diferencia no es drástica. Para mí el concepto remix tiene que ver con la electrónica, es coger un trozo de una canción y, a partir de ahí, darle la vuelta, cambiando mucho. El concepto remezcla es mucho más semejante a la canción original. Se puede cambiar alguna línea de guitarra, algún arreglo, pero no mucho más, por supuesto utilizando la tecnología actual, que ha evolucionado.
Planes a corto plazo
–La presentación oficial será el próximo 15 de diciembre en el Teatro Cervantes de Málaga. Será un concierto en el que habrá muchos invitados, tanto instrumentistas como vocalistas. Me encantaría presentar este trabajo aquí en Sevilla y en ello trabajaremos. Mi última visita a esta ciudad fue para una colaboración con Maga.