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Viernes 15/11/2024
 
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Escocia se lanza a pedir su referéndum tras la victoria electoral

Después de que el Partido Nacionalista Escocés (SNP) ganase las elecciones del 12 de diciembre en esta región, con la promesa de impulsar el plebiscito

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  • Nicola Sturgeon. -

 El Gobierno de Escocia desveló hoy sus planes de solicitar un nuevo referéndum de independencia a Londres esta semana, después de que el Partido Nacionalista Escocés (SNP) ganase las elecciones del 12 de diciembre en esta región, con la promesa de impulsar el plebiscito.

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, compareció ante el Parlamento escocés para anunciar que, "antes de finales de esta semana", su Ejecutivo hará pública una "propuesta democrática" para pedir formalmente al Gabinete del primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, que acceda a negociar un nuevo referéndum.

Sturgeon señaló que aunque los conservadores ganaron con mayoría absoluta, su formación, el SNP, fue la vencedora en Escocia y eso demuestra que "el futuro" que desean los escoceses "es muy diferente al de gran parte del resto del Reino Unido".

"Por eso, a finales de esta semana, en línea con los repetidos mandatos electorales, reforzados una vez más el jueves, publicaré la propuesta democrática detallada para una transferencia de poder de Westminster a este Parlamento que permita un referéndum de independencia que cumpla con la legalidad", dijo.

El SNP logró 47 de los 59 escaños reservados a Escocia, con lo que ha incrementado en 13 representantes su presencia en la Cámara de los Comunes, donde es la tercera fuerza.

Casi al mismo tiempo que Sturgeon, Boris Johnson compareció en el Parlamento británico y no tardó en reaccionar al anuncio del Gobierno escocés para defender la necesidad de "resistir las llamadas de aquellos que romperían el Reino Unido".

En su primera intervención ante la Cámara de los Comunes, donde ahora cuenta con 365 diputados, el primer ministro reiteró su rechazo a que se celebre una nueva consulta vinculante, tras la que tuvo lugar en 2014 y en la que el 55 % de escoceses rechazó la independencia.

El pasado viernes, tras conocerse el resultado de las urnas, Boris Johnson mantuvo una conversación telefónica con Sturgeon en la que le recalcó su oposición, aunque la ministra principal descartó que esta negativa zanje el debate sobre el encaje constitucional de Escocia en el Reino Unido.

Si bien Johnson argumenta que la consulta de 2014 fue vinculante y se dijo que su resultado aparcaría la cuestión para al menos una generación, Sturgeon considera que la salida de la Unión Europea (UE) ha cambiado las circunstancias en que se celebró el referéndum, por lo que la región debería poder pronunciarse de nuevo en 2020.

Para la líder independentista, Escocia merece "tener el derecho de considerar la alternativa de la independencia", ya que el Ejecutivo británico ha tratado con "desprecio" la "voluntad" de los ciudadanos escoceses que en 2016 votaron mayoritariamente (62 %) por permanecer en el club comunitario.

"Durante todo el proceso del 'brexit', el Gobierno de Westminster ha ignorado los deseos del pueblo de Escocia y las opiniones de este Parlamento", declaró.

Para convocar una consulta vinculante "y fuera de cualquier cuestionamiento legal" como pretende el Gobierno escocés, necesita que Londres acceda a activar la conocida como Sección 30 del ordenamiento, el procedimiento legal para que el Parlamento escocés reciba las competencias necesarias que le permitan organizar un plebiscito de estas características.

Sturgeon quiere negociar con Johnson un referendo a imagen del que su predecesor, Alex Salmond, acordó en 2014 con el entonces primer ministro británico David Cameron, cuyos términos se pactaron en el "Acuerdo de Edimburgo".

Aunque la líder nacionalista ha descartado concretar cuál puede ser la respuesta de su administración si Londres se niega a abordar la cuestión, los expertos coinciden en que podría acudir a los tribunales para que resolviesen el enfrentamiento.

Según las encuestas más recientes, la inminente salida de la UE, que con la holgada victoria de Johnson está prácticamente garantizada el próximo 31 de enero, ha aumentado el apoyo a la independencia en Escocia, que se sitúa entre el 47 % y el 49 %, e incluso podría incrementarse en caso de un divorcio sin acuerdo.

La llegada de Boris Johnson a Downing Street ha tensado las ya complicadas relaciones con el Gobierno de Edimburgo y el resultado de las elecciones, en que tanto los conservadores como los nacionalistas escoceses lograron reforzar sus posiciones, augura un inevitable choque de trenes. 

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