Lola Yllescas es la coordinadora estatal de Ecologistas en Acción, que esta semana acaba de publicar una guía sobre el litoral atlántico de la provincia y con la que se invita a recorrerlo a pie o en bici, aunque hay muchas más cuestiones de las que conversar con ella; en especial tras la cumbre climática de Madrid y el anuncio de la “revolución verde” de la Junta
Esta semana hemos recibido la visita de dos temporales. Hay gente que dice que esto es cíclico, ¿o es consecuencia del cambio climático?
–En nuestro clima las sequías son cíclicas, pero si ampliamos el foco, la temperatura media está subiendo, y lo estamos comprobando con las diferentes oscilaciones, y desde luego las lluvias son cada vez menores. Cada vez llueve menos. Antes teníamos los primeros temporales en septiembre, ahora los tenemos en noviembre, diciembre, los espacios de lluvia se nos reducen. Desde abril no nos ha llovido hasta noviembre. Siete meses son muchos, y el campo está exhausto. Las fuentes se secan, las plantas no resisten esa sequía estival tan prolongada. En la costa los brezos no han crecido
En ese sentido, ¿hay que cuestionar a quienes plantean que esto es cíclico?
–Los negacionistas dicen que esto es un cuento, que es una amenaza gratuita, pero también se negó la evolución, el darwinismo, en su momento.
Acaba de concluir la cumbre de Madrid, y hay una opinión generalizada en torno a los fracasos de los objetivos principales. ¿Coincide o se ha avanzado en algo?
–Hemos avanzado muy poco. La sensación es que hemos perdido una nueva oportunidad. Una oportunidad menos y un fracaso más. Yo estuve en Marrakech en la cumbre 22, y siempre salíamos con la sensación de que no se avanzaba. Después del acuerdo de París lo que se acordó sigue sin cumplirse, y no en matices, sino en grandes cosas. Por ejemplo, el 35% de los firmantes de aquel acuerdo no incluye la influencia del transporte en el clima. Realmente avanzamos muy poco. Parece que la ciudadanía y la gente van muy por delante de lo que hacen nuestros representantes políticos.
¿Se le da una patada hacia adelante al debate hasta la próxima cumbre?
–Es como los alumnos malos, lo dejamos para el año que viene. No son capaces de llegar a acuerdos. Los acuerdos multilaterales a los que aspira la ONU fracasan porque hay determinados países que se oponen y no se avanza en el planeta. Por eso decimos que es una oportunidad perdida para la gente y para el planeta. Hay países que se niegan porque tienen jefes de gobierno negacionistas, como es el caso de EEUU, pese a que Obama firmó el acuerdo de París, del que dicen que se van a salir ahora. Brasil, China e India son los otros países que han defendido un argumento realmente peliagudo, ya que dicen que históricamente han sido subdesarrollados, que no han contaminado como los demás, y su contribución al efecto invernadero es menor, por lo que no quieren cumplir acuerdos hasta 2023, a pesar de los esfuerzos de otros países, como los europeos, que van a la vanguardia.
¿Qué opinión le merece Greta Thunberg? ¿Es un icono o una niña manejada con mensajes populistas?
–Quienes hablan del manejo son precisamente los populistas. Los de derechas están indignados porque Greta no va al colegio, que otros no vayan al colegio no les preocupa. Creo que es una chica especial, con una sensibilidad impresionante y que se atrevió a tomar una iniciativa personal que ha secundado mucha gente. Es una gran noticia la existencia de esta chica y espero que siga siendo tan lúcida como hasta ahora. Lo que hemos visto en Madrid ha sido un poco terrible porque los medios la han querido convertir en estrella de rock.
Si hiciéramos ranking de países comprometidos, ¿dónde estaría España?
–Estamos más arriba de la media. En la cumbre ha habido más de 200 países y sólo 83 se han comprometido a incrementar el esfuerzo por contener la emisión de gases de efecto invernadero, entre ellos España. Pero se han comprometido, después veremos.
¿Estamos lejos de las medidas que se están poniendo en marcha en países como Noruega, y en ciudades como París o Londres en torno a la movilidad?
–El problema es que nuestras ciudades parecen estar diseñadas para los coches. Ahora vamos a tener que volver a deshacer lo andado y empezar a pensar en ciudades que primen la peatonalización, después el transporte público, el uso de las bicicletas, y transportes compartidos. Son medidas que se están tomando en otros países. Se hace un esfuerzo por los carriles bici y habrá que ir pensando en dejar de movernos tanto en coche privado.
La Junta ha anunciado una revolución verde, con 200 millones de euros para impulsar medidas, entre ellas ya hay aprobada una norma que obliga a municipios de más de 50.000 habitantes a tener un programa de cambio climático...
–Efectivamente, y la mayoría de los alcaldes han firmado el compromiso, pero ni lo han puesto en marcha. Nosotros nos hemos reunido con muchos alcaldes de la provincia y les hemos recordado los compromisos contraídos. Nos reconocen que no tenían consciencia, y otros que tratarán de impulsarlo, pero hasta ahora no han hecho nada. Indudablemente, desde los ayuntamientos se puede hacer muchísimo. Lo más contaminante es el transporte y después las industrias, y en el transporte incluyo los cruceros y los vuelos, que en el caso de los low cost están causando un daño terrible porque están los cielos llenos de aviones y la contaminación que producen es enorme.
¿Qué más se puede hacer en los municipios de la provincia: renovación de iluminación led, carriles bici, transporte público menos contaminante...?
– Se puede hacer muchísimo. El transporte es la principal fuente de contaminación. El coche y el autobús eléctrico pueden ser para las ciudades mejor que los que han optado por el gas como combustible. De cualquier forma, el incentivar el transporte público es fundamental. El centro de las ciudades hay que peatonalizarlos o sólo permitir transporte cuando las distancias lo demanden. En cuanto a iluminación los led consumen menos, pero en Navidad hay una carrera demencial por ver quién pone más luces. Dicen que es para favorecer las visitas pero es para favorecer el ego de determinados alcaldes como el de Vigo o Málaga. Irá gente a verlo, pero me parece un derroche innecesario. En Jerez hay una polémica por el asfaltado de caminos en parques, y no me parece una buena idea.
La plataforma del carril bici en Jerez ha pedido incluso que se reduzca la velocidad en el casco urbano a 30 km/h. ¿Cómo lo ve?
–Esto no se suele cumplir en ningún sitio. Y pasamos de la carrera al atasco, que también produce muchas emisiones. La solución es la bicicleta y el transporte público.
En 2016 la delegada de Fomento de la Junta la invitó a que en dos meses podría realizar el primer trayecto en el tranvía de la Bahía, ¿lo recuerda?
–Lo recuerdo y lo he contado en más de una ocasión. Han pasado tres años y el tranvía sigue sin estar en uso. Era para 2012. Y fíjate, estamos en 2019 y todavía no funciona. Le he visto hacer pruebas, pero tal como está concebido que va a ser muy inútil, poco usado, muy costoso, y creo que es otra oportunidad perdida.
Como catedrática, ¿estamos ante un problema educacional, de falta de valores?
–Indudablemente, por eso me gusta Greta, porque es una joven educada, sensible y activa. Hay que conocer y después pasar a la defensa. Pero las dos cosas son necesarias, el conocimiento y el activismo. Si no conoces no defiendes. Ojalá tuviéramos una juventud bien formada, sensible, conocedora y en consecuencia que tome parte. Ahora que hemos vivido la cumbre, había dos cosas distintas. La cumbre y la contracumbre, en la que hemos visto a gente de todas las nacionalidades, de todas las edades, indígenas de distintos países, y nos decían que querían influir en la cumbre, que los escuchasen, pero la sala de políticos de la cumbre era hermética, no se podía asomar nadie; y la zona verde para los organismos sociales estaba tomada por las empresas eléctricas. ¿Esto es una cumbre?
Han editado una obra sobre el litoral atlántico de la provincia, ¿qué han encontrado?
–Es una guía para quien quiera recorrer el litoral andando o en bici, con información de todo lo que puede encontrar. Describimos el paisaje, los ecosistemas, los valores paisajísticos, culturales, gastronómicos, que va a encontrar, y también de los impactos, como la usurpación de dominios públicos, actuaciones urbanísticas indebidas... Es un librito guía sobre cómo está nuestro litoral, que se puede recorrer andando, y aunque tenga sus cicatrices, es bellísimo y con pasajes excepcionales. Diseñamos cómo recorrerlo sin hacer ninguna actuación en el medio.
¿Qué recomendación nos haría para que cualquier ciudadano pueda contribuir en favor del medio ambiente?
–Hablamos poco de la necesidad de la agroecología, y lo que conlleva, que está relacionado con nuestro consumo y alimentación. En la cumbre por ejemplo, el tratamiento del suelo no se trabaja como factor determinante de nuestro calentamiento y nuestra emergencia que vivimos. Hay que tener claro que el hecho de que se estén destruyendo en el mundo nuestras selvas y nuestros bosques se debe a que hay que convertirlos en pastos porque el hombre come demasiada carne y los cuatro mil millones de chinos que hay en el planeta que se alimentaban de arroz, han pasado a alimentarse de carne. Y eso repercutirá en el planeta. Comemos demasiada carne. No es que tengamos que ser vegetarianos ni veganos, pero sí pensar que consumimos. En España hay macrogranjas de cerdos, dicen que hay más cerdos que españoles.