La inversión en compañías que siguen los criterios ESG (medio ambiente, gobernanza e impacto social) ha sido una de las grandes tendencias de la banca en 2019, que ha redoblado su apuesta por carteras “verdes” y comprometidas con la responsabilidad social, según los datos que maneja Lyxor que indican que los fondos cotizados con etiqueta sostenible suman más de 11.700 euros en suscripciones en lo que va de año.
Una estrategia de inversión que ha comenzado a generar rentabilidades que, en algunos casos, ha batido a los principales índices bursátiles mundiales. Así, el BBVA Bolsa Desarrollo Sostenible ISR, uno de los primeros vehículos que aparecieron en el escenario de la inversión sostenible, roza una rentabilidad acumulada del 29% en 2019, frente a un 22,97% del MSCI World, del 19,60% del Eurostoxx y del 24% en el caso del S&P 500.
Una rentabilidad similar a la obtenida por el 70% de los fondos de renta variable que conforman el Sigma Global Sustanaible Impact, el vehículo con el que Andbank Wealth Management apuesta por la inversión responsable y que está a punto de cumplir su primer año de vida.
Por ejemplo, dentro de la cartera de multiactivos de esta propuesta de Andbank, el Nordea Global Climate & Environment ha generado una rentabilidad en el año del 35,29%, mientras que hay varios que han conseguido una rentabilidad cercana al 30%, como el BNP Aqua Classic, el Pictet Smart City o el BGF Sustain Enregy, mostrando así mejor desempeño que los índices de referencia. En ambos casos, tanto BBVA como Andbank destinan parte de los beneficios y de la comisión de gestión a financiar proyectos de investigación médica.
Junto a ellos, también destacan el GVC Gaesco Sostenible ISR, lanzado a finales de 2014 y que gana en torno al 17,5%, o el Ibercaja Sostenible y Solidario, que alcanza una rentabilidad del 13%.
