El Cádiz Club de Fútbol volvía este miércoles a los entrenamientos tras la jornada de descanso del martes, y con la vista puesta en el partido del domingo ante el Málaga.
Los cadistas arrancaron la jornada con una sesión en el gimnasio de media hora a las órdenes del preparador físico Miguel Ángel Campos, pasando posteriormente al césped del campo Ramón Blanco para celebrar un entrenamiento en el que el balón fue protagonista pero con una alta exigencia física.
Álvaro Cervera tiene a toda la plantilla disponible para el encuentro. Eso quiere decir, que el ancla del equipo, la prolongación del técnico en el terreno de juego, Jon Ander Garrido, está totalmente recuperado de las dolencias musculares que le impidieron estar en el encuentro de la semana pasada ante la UD Las Palmas.
Ante la ausencia del vasco, el entrenador cadista optó por retrasar la posición de Álex Fernández al doble pivote junto a José Mari, y se decantó por jugar con Malbasic y Choco Lozano en la punta del ataque, una fórmula que dio un resultado bastante positivo en el primer tiempo.
Con el regreso de Garrido, en teoría Cervera volverá al 4-2-3-1 que ha estado usando durante toda la campaña, con el vasco junto a José Mari en la medular, y Álex haciendo de mediapunta llegador por detrás del nueve.
Lozano ha sido el ariete elegido por Cervera hasta el momento, pero los buenos minutos de Malbasic en Las Palmas, y la llegada de Álvaro Giménez, máximo goleador la temporada pasada con el Almería, pueden provocar alguna duda en el técnico.
En defensa, Cervera recupera a Cala, que estaba sancionado la semana pasada, por lo que el central lebrijano acompañará a Fali. En los laterales, una semana más, Iza Carcelén y Espino serán las opciones del entrenador.