Y entre los vecinos y visitantes de la zona la extrañeza es total al ver la magnitud de esta poda que consiste en dejar a los árboles con el tronco practicamente pelado, sin ni siquiera una sola hoja.
Esta poda brutal en árboles no ornamentales como los naranjos no tiene ningún sentido, y menos en esta época del año, con meses de invierno por delante donde el frío y el viento de Levante probablemente terminen por quemar los rebrotes.