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Huelva

Emigrantes inicia un peregrinaje “diferente e histórico”

Este miércoles debía partir hacia la aldea de El Rocío la primera hermandad de Huelva capital, que ha vivido una jornada distinta pero llena de fe

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Un Rocío muy diferente para Emigrantes.

Un Rocío muy diferente para Emigrantes.

Un Rocío muy diferente para Emigrantes.

Era un miércoles muy distinto al de otros años. Aunque de fondo, por la zona de El Molino y La Merced, se escuchaban sones de cohetes y tamboril, este año la Hermandad de Emigrantes no recorrería las calles de Huelva en su peregrinar hacia la aldea almonteña, este año no habría caballos, carretas y cantes por la ciudad. Sin embargo, algo permanece intacto: la fe rociera, que ha impulsado a la primera hermandad de la capital en iniciar su camino a vivir un Pentecostés “diferente e histórico”.

Así lo indicaba la hermandad, que un día antes de su salida recordaba que “la campana de la capilla de la Real Hermandad de Emigrantes de Nuestra Señora del Rocío de Huelva volverá a repicar un año más convocando a sus romeros a participar en una eucaristía muy especial, que será el inicio de un camino diferente e histórico para  celebrar junto a la Patrona de Almonte, Reina de las Marismas, Blanca Paloma y Virgen del Rocío, la venida del Espíritu Santo”.

Dicho y hecho. Un año más, y van cincuenta, los cohetes, el repique de campana y los sones de los tamborileros anunciaban a Huelva que la gran familia de la Real Hermandad de Emigrantes de Nuestra Señora del Rocío iniciaba su ‘partida’ hacia un Rocío “diferente” para festejar en días venideros junto a todos los hermanos rocieros este Pentecostés de la Luz.

La Misa de Romero empezaba a primera hora, a las 9.00 horas, oficiada por el director espiritual y capellán de la hermandad, José Manuel Barral, que contó con el acompañamiento musical de los hermanos de la corporación rociera Mercedes Domínguez y David Carrasco. Una misa dedicada a su presidente fundador, Juan Gil Zamora, recientemente fallecido, y en la que Barral escenificó este Rocío “distinto” en su homilía reviviendo una hermosa y especial conversación entre el Pastorcito Divino y su Madre.

Una hora y media después se abrieron de nuevo las puertas de la capilla para que los hermanos y devotos de la hermandad pudieran rezar ante el Simpecado, ya bajado del altar. Una oración conjunta con todas las asociaciones y hermandades que saludan a la carreta de la Concha Peregrina durante su recorrido por las calles de Huelva y después el Ángelus, cerrándose la capilla a las 14.00 horas.

Por la tarde, la casa de hermandad de Emigrantes acogió la campaña de donación de sangre del Centro de Transfusión, Tejidos y Células de Huelva, que “tiene como objetivo el acercar esta práctica solidaria a los rocieros y a cualquier otro ciudadano interesado en participar” y que este año se ha hecho coincidir de manera simbólica con la fecha en que se hubiera iniciado la salida de los peregrinos a El Rocío para celebrar la romería.

Esta primera jornada de este peregrinaje especial culminó a las 21.00 horas con el rezo de la Salve a cargo de la hermana de la hermandad Mariola Figueredo y con la exaltación de José Manuel Pérez.

En una jornada marcada por el coronavirus, se restringió la participación en estos actos. Así, la hermandad explicaba que, siguiendo las normas previstas durante la fase 2 de desconfinamiento, se estableció un protocolo general de cinco miembros de la junta de gobierno, tres oficiantes, dos asientos de protocolo y 40 hermanos de Emigrantes, que solicitaron previamente su participación con el envío de un whatsapp.

Este jueves le tocará el turno a la populosa Hermandad de Huelva, que celebrará una misa de romeros y abrirá las puertas de su casa hermandad para que se pueda visitar el Simpecado.

Por delante, queda toda una semana de actos, en los que ambas hermandades de la capital estarán de la mano y compartirán agenda.

Este año no se podrá pisar las arenas, pero la fe hacia la Blanca Paloma sigue intacta y la comunidad rociera hace piña para celebrar Pentecostés en unión y fraternidad.

 

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