El miedo tiene muchas caras. En los últimos meses lo hemos visto con la cara del virus, la de la incertidumbre, la de la soledad, la de las cuatro paredes, la de las facturas o la de los Ertes. Pero no pocos le han visto la cara del hambre. La situación económica para muchas familias gaditanas ya era complicada antes de esta nueva crisis. Desde que se decretó el estado de alarma por la pandemia del coronavirus los demandantes de ayudas de alimentos se han incrementado en la ciudad.
El aumento de necesidades ha sido impresionante, la escasez de recursos se ha notado, los Ertes han dado mucha guerra"En este contexto, el movimiento vecinal sigue siendo un pilar para muchas de esas familias. “Hemos vivido estos meses con mucha inquietud, pero hemos estado aquí todos los días, unos más y otros menos, pidiendo por todas partes para nuestros vecinos y vecinas, y consiguiéndolo, claro”. Nos lo cuenta José Gaviño, presidente de la presidente de la AVV Antiguos Terrenos de Astilleros. En esta zona de Cádiz han subido de 300 a 529 usuarios desde el pasado 15 de marzo.
Gaviño reconoce que “el aumento de necesidades ha sido impresionante, la escasez de recursos se ha notado, los Ertes han dado mucha guerra. Por ello hemos atendido a las familias, prioritariamente les hemos facilitado alimentos y también hemos escrito a los Asuntos Sociales desde donde nos han derivado a muchos usuarios que hemos atendido”.
En la barriada de Astilleros hay varios perfiles, ya que existen viviendas de lujo, de primera categoría y de VPO. A lo que se suma un cuarto perfil: el de las familias desfavorecidas. “Hay personas que no han venido nunca y que les cuesta, por vergüenza, pero nosotros nos acercamos a ellos”, asegura Gaviño.
Desde las Tres Torres de Santa María su presidente, José Rodríguez, confiesa que “nos hemos desbordado”. Normalmente esta asociación solía ayudar entre 50 y 60 personas. Con la nueva situación “rondamos los 90 usuarios”. Se trata de personas que han perdido su empleo.
Los alimentos que se han repartido en Santa María proceden en parte de la Cruz Roja y el resto de donaciones privadas. “Personas amigas mías que normalmente suelo ‘explotarlas’, como les digo yo, aunque me dicen que lo hacen encantados y que es mejor dar que pedir”, cuenta Rodríguez.
Según nos cuenta el presidente de la asociación “han sido unos 400 kilos de patatas, unas 280 docenas de huevos, 100 kilos de hígado de cerdo ibérico, 120 kilos de alubias, otros tanto de lentejas y garbanzos, etc.”. Aseguran que ya están preparando el mes de junio para hacer dos repartos. “Aún no han llegado los alimentos de Cruz Roja pero hasta entonces daremos lo que tenemos”.
En el Cerro del Moro se han repartido más de 7.000 kilos de alimentos procedentes también de Cruz Roja y algunas donaciones. En esta zona, ya de por sí afectada por la falta de recursos económicos, han notado que “familias que no estaban en nuestra base de datos han tenido que acudir a nosotros”, según la presidenta de la asociación, Candy Grimaldi. Personas que también han perdido su trabajo y han visto aún más mermados sus ingresos.
Entre los usuarios destacan madres víctimas de violencia de género con bastante menores a su cargo. “Hemos ayudado a todos aquellos que han venido”. Al igual que en Astilleros, en el Cerro del Moro han ayudado también a familias derivadas desde Asuntos Sociales de otras zonas.
Actualmente están a la espera de recibir más alimentos por parte de Cruz Roja y confían en que haya donaciones “sobre todo de leche” para poder adelantar repartos.
“Fuimos de los primeros en repartir alimento pensando sobre todo en los niños, que habían dejado de estar en los comedores de los colegios y por lo tanto ya no tenían el desayuno, almuerzo y merienda proporcionado por el centro. Tenían que tener esos alimentos en casa”.
La presidenta de la asociación destaca el comportamiento de las familias usuarias “fue genial, totalmente diferente a otras veces, respetaron el turno y las distancias sin que hubiera ningún tipo de problema”.
Desde la Asociación de Vecinos Manuel de Falla - La Laguna se ha donado al Banco de Alimentos de Cádiz varios lotes de productos adquiridos con las cantidades correspondientes a las cuotas del mes de mayo de los recibos de las comunidades de vecinos socias.
En cuanto al reparto de los 7.307 kilos de alimentos que le correspondían a esta asociación, fueron los voluntarios de Protección Civil los encargados de hacerlo “por precaución”. Sin embargo en las últimas semanas han hecho una campaña propia de recogida de alimentos en el barrio para que sean los propios vecinos y vecinas quienes donen “y poder así ayudar a los que más lo necesiten, no sólo en la Laguna, sino de otras zonas como Cortadura, Loreto o Cerro del Moro”, según su presidente, Rafael Sánchez.
Cortadura, Fuerte De San Lorenzo Puntales, Campo de la Aviación en Loreto, La Viña, El Mentidero... Desde todos los barrios de Cádiz el movimiento vecinal ha puesto su esfuerzo, ya sea para el reparto de los alimentos recibidos por parte de Cruz Roja y el propio Banco de Alimentos, como para conseguir otras donaciones que ayuden a las familias más desfavorecidas. Gracias a las asociaciones y a los miembros de Protección Civil que han colaborado, y siguen haciéndolo, la cara del hambre da un poco menos de miedo en Cádiz.