El médico especialista en enfermedades infecciosas y profesor del Máster de Bioética de UNIR, Vicente Soriano, ha considerado que el uso de mascarilla "cada vez se entenderá más como una medida de educación social".
Soriano, en una entrevista a Europa Press y poniendo la vista en Japón, donde desde hace generaciones se ponen mascarilla para proteger a los demás incluso cuando tienen un resfriado, ha indicado que es una medida que se irá imponiendo "en el sentido de proteger a los demás".
También, dentro de esa protección cuando uno cree que tiene una pequeña sintomatología que puede afectar a los otros, ha añadido "el quedarse en casa y no estar en contacto con otros".
Con respecto a los rebrotes de COVID-19, de los que ya se está hablando, ha explicado que hubo una primera "ola del tsunami" en marzo, y desde entonces no ha dejado de haber casos.
Lo esperado, ha dicho, es que, en la medida en que hay otra vez desplazamientos de gente, haya "picos que continúen hasta que haya una vacuna".
"Esto es lo esperable, pero no volverá a ser como la primera ola, porque el sistema sanitario está preparado y la gente está tomando medidas de distanciamiento social, usando mascarilla, hidrogel, y esto hace que la capacidad de contagio haya caído en picado", ha indicado.
A esto ha sumado que se hacen test y "en seguida se ponen en marcha los mecanismos para diagnosticar a todos los que han estado en contacto". De este modo, "ahora la mortalidad es bajísima, no tiene nada que ver con lo de marzo".
Ha añadido el hecho de que la población se vaya inmunizando. Así, ha señalado que la inmunidad de rebaño "es una realidad".
Ha explicado que, si bien se decía que se necesitaba que el sesenta por ciento de la población se fuese inmunizando para que la epidemia se vaya extinguiendo, ahora parece que incluso no haría falta llegar a ese porcentaje.
Y es que, cuando se usan medidas de distanciamiento social, mascarillas y se restringe el contacto físico, con un cincuenta por ciento de población inmunizada la epidemia apenas puede progresar y, poco a poco, se va extinguiendo; continua habiendo casos pero no hay otra crisis de crecimiento exponencial, ha relatado.
Con respecto a la vacuna, ha dicho que lo lógico es que, primero, salga una vacuna de primera generación, que funcione parcialmente y, al cabo de unos meses, salga una de segunda generación que sea más efectiva.
De este modo, "la protección completa es muy difícil que la podamos alcanzar en el próximo año". A esto ha unido que "hay gente que no se pone las vacunas que hay disponibles".
"Eso es una realidad, esas personas están ahí y, aunque tengamos una vacuna cien por cien eficaz, habrá una parte de la población que no se la pondrá", ha aseverado.
Del coronavirus COVID-19 aún no queda claro el origen; todavía no tenemos un antiviral, "y lo necesitamos", y "el futuro es incierto, el daño económico es bestial y nadie tiene una bola mágica para saber qué va a pasar en otoño".
"Una segunda ola igual no va a haber, porque todo está mejor pero el virus no es estacional y va a haber casos todo el verano, aunque la parte buena es que la población se irá inmunizando y llegaremos al otoño con un porcentaje inmunizado", ha dicho.
No obstante, sí ha reconocido que el comportamiento humano, social, sí es estacional, la diferencia es que antes del verano "no teníamos educación e información para no estar juntos en espacios cerrados y ahora sí y lo primero que hacemos es ponernos una mascarilla y poner una distancia", además de usar el contacto virtual.