Estepona y Osuna celebraron durante este fin de semana los dos primeros festejos taurinos en Andalucía tras el confinamiento y reactivaron una temporada atípica que contará, al menos, con otras diez citas en el mes de agosto. Entre ellas, dos en la provincia, en El Puerto y Sanlúcar, los días 6 y 22, respectivamente.
“Hemos perdido unos 40 eventos”, lamenta Carmelo García Cabo, empresario de la Plaza del Pino y responsable de la segunda edición de la corrida magallánica en conmemoración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo, con toros de Miura para Manuel Escribano, Pepe Moral y Daniel Luque. Pero se muestra ilusionado ante la respuesta en la venta de entradas, disponibles desde el día 27.
La afición está expectante y eso es “un hilo de esperanza” para el sector, muy castigado por la pandemia, señala el propietario de Lances de Futuro, José María Garzón, que ha reunido en el mismo cartel a Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Pablo Aguado para lidiar astados de Juan Pedro Domeq en El Puerto. No hay billetes desde diez días antes y hacía tiempo que no se daba esta circunstancia. “Es el evento taurino de la temporada”, asegura. El coso cumple 140 años y, además, la corrida servirá para recordar a la figura de Joselito El Gallo, torero muy vinculado a la localidad, en el centenario de su muerte.
Garzón valora la “valentía y la colaboración del Ayuntamiento” para sacar adelante el festejo. La empresa se ha visto obligada a rebajar el aforo a la mitad, con solo 5.000 localidades disponibles, ha rebajado un 20% de media el precio de las entradas y ha contratado a 90 personas más, que se suman a las 110 habituales, para garantizar el máximo de seguridad.
Es el objetivo y el compromiso. “Queremos que El Puerto disfrute de una tarde de toros colosal con todas las garantías higiénico-sanitarias que marcan las autoridades”, subraya. El plan de contingencia para la corrida, elaborado por la propia empresa, establece durante la celebración del espectáculo el uso obligatorio de mascarillas, higiene de manos con geles hidroalcohólicos, con dispensadores instalados en cada uno de los accesos al tendido.
Entre otras medidas, se hará una desinfección de la plaza horas antes del inicio y se llevará a cabo limpieza constante de los aseos durante la corrida, se tomará la temperatura a todos los asistentes y habrá una señalización especial para marcar las distancias de seguridad.
Y, además, las puertas se abrirán dos horas antes, para facilitar la entrada a los espectadores de manera escalonada, y se tratará de evitar los desplazamientos en el interior de la plaza una vez que haya dado inicio el festejo.
Del éxito de estas primeras corridas depende en gran medida que haya continuidad en el mes de septiembre. García Cabo confía en que haya toros en Villamartín o Morón, donde también gestiona las plazas.
Garzón se expresa en el mismo sentido. El inicio de la nueva realidad fue desalentador. La Diputación Provincial, responsable del coso malagueño, ha considerado que es desaconsejable este tipo de espectáculos. También están en el aire los festejos de la festividad de San Miguel, con los ojos puestos en Sevilla, especialmente.
“Los compañeros lo están pasando mal”, asegura Francisco Javier Sánchez Araujo, integrante de la cuadrilla de Morante de la Puebla y miembro de la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros Españoles (Unpbe). El abandono de las administraciones continúa, pese a las movilizaciones del sector y la tímida reactivación de la temporada, que no palia el problema.
“Hay quien no ingresa un solo euro desde octubre del año pasado”, lamenta, e insiste en que Gobierno central no debería haber excluido a la tauromaquia de las ayudas económicas destinadas al sector cultural español. Por otro lado, todos los que intervienen en la organización de una corrida han rebajado sueldos. Porque renunciar a torear, “dejar que la temporada hubiera quedado vacía en la provincia -agrega Garzón- habría sido la puntilla para la tauromaquia”.
